Por Josué I. Hernández
Salomón estaba empeñado en desentrañar los misterios de la vida, y
entenderla a cabalidad (Ecles. 1:12-18). Sin embargo, admitió que la búsqueda por
tales cosas mediante la sabiduría era
una aflicción
de espíritu (1:13,14). Ciertamente, una tarea
interminable. Dios lo dejó así.
Dios no implanta la sabiduría en nosotros al momento que comenzamos
a vivir, debemos aprenderlo por nosotros mismos. Este es un esfuerzo que
requiere diligencia perseverante, y ninguno lo ha alcanzado al nivel de Salomón. Por lo tanto,
cuando leemos acerca de la experiencia de Salomón, y sus hallazgos sobre como
determinar la vida, todos tenemos algo que aprender y necesitamos llevarlo al
corazón.
Salomón declaró una
verdad frustrante, “Lo torcido no se
puede enderezar” (Ecles. 1:15). Mientras buscamos la sabiduría y tratamos
de entender la vida, hay muchas cosas que deseamos cambiar pero no podemos. Hay
desastres naturales, enfermedades graves, y un sinnúmero de dificultades que
nos asedian y persiguen; cáncer, accidentes, injusticias, etc. Todos son
eventos en la vida, sobre los cuales tenemos poco, o ningún poder, para
alterarlos, incluso con nuestros mejores esfuerzos e intenciones. Ni la
tecnología, tan avanzada como está, nos puede socorrer de “lo torcido” de la
vida. Sin lugar a dudas, nuestra capacidad de ocasionar el cambio definitivo es
limitada. Para hacer frente a tales cosas, necesitamos de un poder y sabiduría superiores.
Necesitamos de uno que tenga todo el poder y toda la sabiduría para
socorrernos. Necesitamos a Dios.
Otra dificultad es
que “lo incompleto no puede contarse” (Ecles.
1:15). Simplemente no podemos saberlo todo. No podemos llenar el vacío de
información de la nada. Y cuando llega el momento en que aprendemos una verdad
o realidad, simplemente pasamos de un estado de incomprensión e ignorancia, a
otro de comprensión y sabiduría. Y, a menudo, es la falta de conocimiento la que
nos da mayores problemas. Entonces, ¿cómo lidiar con ella? ¿Enfrentaremos la
ignorancia con ira y amargura, o con confianza en Dios?
El enfoque de
Salomón para obtener conocimiento y sabiduría, fue mediante la investigación y
experiencia empírica (Ecles. 1:16-18). Ya sea estudiando o experimentando, la
búsqueda de la sabiduría fue inútil y vacía. Sólo encontró frustración y dolor.
Es que cuanto más se sabe, más se da cuenta de lo mucho que aún no se comprende.
La sabiduría superior percibe con mayor intensidad la locura. Cuanta más
rectitud usted procura, más maldad puede contemplar. Mayor sabiduría trae
consigo mayor responsabilidad.
Vivir es
maravilloso. La vida es una preciosa bendición. Sin embargo, la vida es una
carga frustrante cuando perseguimos lo que es vanidad y procuramos abrazar el
viento. Nuestro enfoque, por lo tanto, debe ser temer a Dios y guardar sus
mandamientos, lo cual realiza la vida humana (Ecles. 12:13).