25 cosas que recordar Para demostrar el amor a su marido


Por Josué I. Hernández


Ha oído usted el dicho “las acciones hablan más que las palabras”. Esta es una gran verdad incluso en el matrimonio. Por lo tanto, usted puede decirle mil veces a su marido lo mucho que lo ama y lo respeta, pero a él le será difícil creer esto a menos que sus acciones la respalden.
Entonces, ¿cómo poder expresar el amor a su marido? Aquí hay 25 maneras de comunicar el amor a su esposo sin pronunciar una sola palabra. Si usted hace un hábito de estas cosas, la próxima vez que le diga a su marido lo mucho que lo ama, él no tendrá que preguntarse qué es lo que usted quiso decir.

1. Honre sus deseos
Dele una especial importancia a lo que su marido piensa que es importante. Haga de las cosas que tienen mayor importancia para él una prioridad para su vida. Obviamente, aquí nos referimos a las cosas que no contradicen la ley de Cristo (Hech. 5:29). Si se trata de tener la cena lista cuando él llega a casa, mantener cierto orden o limitar el tiempo que usted pasa frente a la computadora. No sea egoísta. Sea generosa y servicial. no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros (cf. Fil. 2:4). Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres (Rom. 12:18).

2. Dele atención
Sí, ya sé que las mujeres son maestras de la multi-tarea, pero cuando su marido le está hablando, haga una pausa y deje sus tareas aparte, mírelo a los ojos, y escuche atentamente lo que él le está diciendo con el objetivo de comprender y recordar sus palabras. En las muchas palabras, la transgresión es inevitable, mas el que refrena sus labios es prudente (Prov. 10:19, LBLA).

3. No lo interrumpa
¿Alguna vez ha estado tratando de conversar con una persona que no la deja terminar una frase? No importa que usted crea que ya sabe lo que su marido le va a decir, respételo, muestre cortesía, no lo menosprecie. Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas (Mat. 7:12).

4. Haga hincapié en sus puntos positivos
Por supuesto, su marido tiene defectos, ¡como usted también los tiene! Sin embargo, pensar demasiado en los defectos de su marido hará de su vida matrimonial una vida miserable. Elija concentrarse en las cualidades de su marido que usted más admira. Aprenda a usar bien su mente. Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad (Fil. 4:8).

5. Ore por él
Procure informar primeramente a su marido de lo mucho bueno que usted ve en él, antes de llamarlo a terreno. Así también, cuente a Dios lo malo que ve en su marido (1 Ped. 5:7) pidiendo sabiduría para vivir con él (Sant. 1:5; 1 Ped. 3:1-7). Fielmente lleve su situación matrimonial en oración a Dios todos los días, y se dará cuenta de que habrá una transformación no primeramente en su marido, sino primeramente en usted. “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús” (Fil. 4:6-7). Orad sin cesar (1 Tes. 5:17).

6. No regañe a su marido como si fuera un niño
Su marido es un hombre hecho y derecho. No lo trate como a un niño de dos años si es que en verdad usted quiere que él sea todo un “hombre” (2 Rey. 2:2). Deje espacio para que Dios obre mediante su conducta casta, respetuosa, afable y apacible (1 Ped. 3:1-7). Usted no tiene el poder de crear una “nueva criatura” (2 Cor. 5:17), éste es el poder de Dios (Rom. 1:16-17). Sea usted un instrumento de Dios para el bien eterno de su marido.

7. Sea agradecida
Cultive una actitud de gratitud hacia su hombre. A la vez, de gracias a Dios por él. No tome lo que su marido le proporciona sin la debida gratitud. Sea agradecida por todo lo que su compañero hace por usted. ¡Aprenda a dar las gracias! Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús (1 Tes. 5:18). dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo (Ef. 5:20).

8. Sonríale
¿Sonrisas? Sí, sonrisas. ¡Sonríale a su marido! La sonrisa propaga felicidad. Las sonrisas son contagiosas. Una sonrisa hace que usted una mujer más bella y atractiva. Considere lo siguiente: Una reciente prueba cardiaca demostró que la sonrisa sincera permite sobrellevar las actividades estresantes.

9. Responda físicamente
¿Sabía usted que la forma en que responde (o rechaza) a las propuestas románticas de su marido tiene un profundo efecto psicológico en él? Por favor, amiga mía, no le dé una bofetada a su marido cuando él intenta abrazarla. No le de excusas cuando él está con buen estado de ánimo. Su entusiasta cooperación y la reciprocidad no sólo asegura el amor y fidelidad de él, sino que también usted se sentirá amada. El marido cumpla con la mujer el deber conyugal, y asimismo la mujer con el marido. La mujer no tiene potestad sobre su propio cuerpo… No os neguéis el uno al otro, a no ser por algún tiempo de mutuo consentimiento (1 Cor. 7:3-5).

10. Ojos sólo para él
No compare a su marido desfavorablemente con otros hombres, reales o imaginarios. No es justo, ni provechoso, hacer semejantes comparaciones inútiles que sólo producirán problemas y descontento. Evite ver películas o leer libros que puedan hacerla tropezar en esta área. “Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, oh Jehová, roca mía, y redentor mío” (Sal. 19:14). “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida” (Prov. 4:23).

11. Béselo
Un prestigioso estudio realizado en Alemania, determinó que los hombres cuyas esposas los besaron cuando ellos partieron al trabajo, fueron más exitosos que aquellos que no fueron besados por sus esposas. Esto nos parece muy obvio, el éxito y el respeto van de la mano. Amiga mía, no olvide, ni rechace, el besar a su marido. La amorosa bienvenida, como la despedida, ¡son oportunidades importantes! “y tu paladar como el mejor vino! Entra suavemente el vino  en mi amado, como fluye por los labios de los que se duermen” (Cant. 7:9, LBLA).

12. Prepare su comida favorita
Aunque el resto de la familia no sea aficionada a lo que a su compañero le gusta, esfuércese por honrar a su marido preparando su comida preferida. La próxima vez que usted esté planeando las comidas, dé una consideración especial a su esposo. que amen a sus maridos (Tito 2:4).

13. Fomente la unidad
Procure sentirse cómoda cerca de su marido, ya sea en casa o fuera de ella. A pesar de que la mayoría de los casados se sientan separados en alguna cena, por ejemplo, usted manténgase cerca de su compañero. Procure interesarse en él de la misma manera que cuando estaban de novios. Y cuando estén en la casa, si él está trabajando, deje tiempo para estar cerca de él sin interrumpirlo, aprenda a disfrutar de su compañía, incluso cuando ninguno de los dos puede hablar.

14. Evite el malhumor
Nadie quiere estar cerca de una mujer malhumorada y quejumbrosa. “La mujer insensata es alborotadora; es simple e ignorante” (Prov. 9:13) La discordia destruye el matrimonio. Recuerde mantener la serenidad. Acepte las diferencias. Sea valiente. Sea fuerte. Busque en Dios la sabiduría y la fuerza para perseverar a pesar de las dificultades. Haced todas las cosas sin murmuraciones ni discusiones(Fil. 2:14, LBLA). Recuerde que la mujer feliz construye una vida feliz. Entonces, por favor, no use el mal humor para manipular a su compañero. Recuerde la Escritura: Estad siempre gozosos”. “Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos! (1 Tes. 5:16; Fil. 4:4).

15. No corrija detalles insignificantes
Conozco una mujer cuyo cónyuge no puede contar una historia sin que ella lo detenga quince veces para corregir detalles sin importancia: “No fue la noche del lunes, fue el lunes por la tarde... No era de color azul, era de color turquesa... No fue en el autobús, fue en un taxi”. Por favor. Por favor. Por favor. No vuelva a hacer eso a su marido. Si no lo haría a cualquier otra persona, ¡menos a su marido! “Aun el necio, cuando calla, es tenido por sabio, cuando cierra los labios, por prudente” (Prov. 17:28, LBLA).

16. Vístase para complacerlo
Cuide su apariencia. Recuerde que el hombre mira lo que está delante de sus ojos (1 Sam. 16:7). Elija atuendos que agradan y honran a su marido, tanto en público como en casa. Asimismo, que las mujeres se vistan con ropa decorosa, con pudor y modestia… (1 Tim. 2:9).

17. Sea cuidadosa de su casa
Demuestre sus habilidades. Esfuércese por mantener su hogar limpio y ordenado. Haga de su casa un refugio de descanso para toda la familia. Considera los caminos de su casa… (Prov. 31:27). “…cuidadosas de su casa… (Tito 2:5).

18. Conténtese con su situación
No presione a su marido para vivir la clase de vida que otros tienen. Aprenda a vivir según las Escrituras. “…pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado… (Fil. 4:11-12). Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento; porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar (1 Tim. 6:6-7). Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora…(Heb. 13:5).

19. Siga sus consejos
No tome las opiniones de su marido a la ligera, sobre todo cuando usted misma ha pedido su consejo. Haga todo lo posible por seguir el consejo de su marido. Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo (Ef. 5:24).

20. Admírelo
Elogios y sincera alabanza son siempre bienvenidos. Cree el hábito de mirar a su marido de una manera respetuosa y agradecida. Piense en cosas cariñosas para con él. Si usted hace esto, su marido verá la admiración en sus ojos. El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca (Luc. 6:45).

21. Proteja su nombre
Honre a su marido. Jamás hable mal de él, ni comente sus falencias como chiste. Proteja la reputación de su compañero. Que los desacuerdos menores del hogar no sean un evento público. Viva de tal manera que sea evidente para los demás por qué su marido se casó con usted. La mujer virtuosa es corona de su marido…”. “De más estima es el buen nombre que las muchas riquezas (Prov. 12:4; 22:1).

22. Sopórtelo y perdónelo
Un matrimonio feliz es la unión de dos pacientes perdonadores. Amiga mía, por favor no guarde rencor en contra de su marido (1 Cor. 13:5). No permita que una raíz de amargura o resentimiento encuentre un hogar en su corazón. Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas. (Mar. 11:25).

23. No sea rencillosa
Usted no siempre tendrá la razón, ni la última palabra. Sea humilde. Sea la primera en decir: “Lo siento mi amor, me equivoqué”. Esté dispuesta a aceptar la culpa de sus errores. Recuerde que se necesitan dos para discutir. “El que comienza la discordia es como quien suelta las aguas; deja, pues, la contienda, antes que se enrede”. “Mejor es morar en tierra desierta que con la mujer rencillosa e iracunda”. “Mejor es estar en un rincón del terrado, que con mujer rencillosa en casa espaciosa”. (Prov. 17:14; 21:19; 25:24).

24. Sígalo
Si usted quiere que su marido sea cabeza del hogar, ¡usted primero debe estar dispuesta a seguirlo! Ni el cuerpo humano, ni la familia, pueden funcionar con dos cabezas. Aprenda a ceder ante los deseos de su marido y deje que la decisión final recaiga sobre él.  “Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador. Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo” (Ef. 5:22-24).  

25. Mantenga buena conciencia
         Si usted, siendo una buena cristiana, obedece fielmente a Dios en su rol como esposa, usted podrá alcanzar la aprobación divina, a la vez que mantiene una conciencia sin ofensa, una conciencia que no la acusa de pecado. Esto debe bastar para gozar de la más grande de las satisfacciones, a pesar de que su marido no haya conocido el camino de la salvación o se haya apartado del Señor. “Porque esto merece aprobación, si alguno a causa de la conciencia delante de Dios, sufre molestias padeciendo injustamente(1 Ped. 2:19). teniendo buena conciencia, para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, sean avergonzados los que calumnian vuestra buena conducta en Cristo (1 Ped. 3:16).

“El que halla esposa halla el bien, y alcanza la benevolencia de Jehová” (Prov. 18:22). Amiga mía, es mi anhelo que su marido opine lo mismo de usted.


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