Por Josué I. Hernández
Según los ejemplos de predicación y conversión que tenemos en el Nuevo
Testamento de Cristo, los pecadores que oyeron el evangelio preguntaron
específicamente qué debían hacer para ser salvos. Entonces, los apóstoles y
otros cristianos fieles, que no eran calvinistas, respondieron a ésta pregunta
dando a conocer las condiciones del evangelio de Cristo para la salvación del
mundo.
Por lo tanto, el pecador mundano tiene que obedecer el evangelio para
ser salvo:
- “Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos? Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo” (Hech. 2:37,38).
- “El, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga? Y el Señor le dijo: Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer” (Hech. 9:6).
- “y sacándolos, les dijo: Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo? Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa. Y le hablaron la palabra del Señor a él y a todos los que estaban en su casa… y en seguida se bautizó él con todos los suyos” (Hech. 16:30,33).
- “Y dije: ¿Qué haré, Señor? Y el Señor me dijo: Levántate, y vé a Damasco, y allí se te dirá todo lo que está ordenado que hagas… Ahora, pues, ¿por qué te detienes? Levántate y bautízate, y lava tus pecados, invocando su nombre” (Hech. 22:10,16).
- “y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen” (Heb. 5:9).
- “y por quien recibimos la gracia y el apostolado, para la obediencia a la fe en todas las naciones por amor de su nombre” (Rom. 1:5).
- “pero que ha sido manifestado ahora, y que por las Escrituras de los profetas, según el mandamiento del Dios eterno, se ha dado a conocer a todas las gentes para que obedezcan a la fe” (Rom. 16:26).
El Nuevo Testamento de Cristo, deja bien claro que
el pecador del mundo tiene que obedecer las condiciones del evangelio para
alcanzar la salvación por gracia por medio de la fe en Cristo:
- “Y crecía la palabra del Señor, y el número de los discípulos se multiplicaba grandemente en Jerusalén; también muchos de los sacerdotes obedecían a la fe” (Hech. 6:7).
- “y por quien recibimos la gracia y el apostolado, para la obediencia a la fe en todas las naciones por amor de su nombre” (Rom. 1:5).
- “pero ira y enojo a los que son contenciosos y no obedecen a la verdad, sino que obedecen a la injusticia” (Rom. 2:8).
- “¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia? Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados” (Rom. 6:16,17).
- “Mas no todos obedecieron al evangelio; pues Isaías dice: Señor, ¿quién ha creído a nuestro anuncio” (Rom. 10:16).
- “Porque no osaría hablar sino de lo que Cristo ha hecho por medio de mí para la obediencia de los gentiles, con la palabra y con las obras” (Rom. 15:18).
- “pero que ha sido manifestado ahora, y que por las Escrituras de los profetas, según el mandamiento del Dios eterno, se ha dado a conocer a todas las gentes para que obedezcan a la fe” (Rom. 16:26).
- “en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo” (2 Tes. 1:8).
- “y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen” (Heb. 5:9).
- “Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro” (1Ped. 1:22).
Conclusión
- Al creer en Cristo Jesús, el hombre de fe ya hace una obra de Dios (Jn. 6:29), y con esto ya está trabajando para su salvación (Jn. 6:27). Entonces, al arrepentirse y bautizarse, hace lo que Dios manda que él haga (Hech. 2:37,38; 17:30; 10:48).
- Como antes vimos, y según las Escrituras, siempre es necesaria la obediencia al evangelio (Rom. 2:8; 6:17; 2 Tes. 1:8; Heb. 5:9; 1 Ped. 1:22).
- Entonces, la salvación es condicional, pero no a base de lo que hombre mundano haga de su propia justicia y aparte del evangelio.