¿Puedo tener esperanza en medio de este mundo tan confuso?


Por Sewell Hall 


Bertrand Russell  dijo: “La vida del hombre es una larga marcha en la noche.  En esta marcha el hombre está rodeado de enemigos invisibles y es torturado por el cansancio y el dolor.  Es probable que su origen, su crecimiento, sus esperanzas, sus temores, sus amores y creencias no son nada sino la colocación casual de átomos”. Voltaire  dijo: “Ojalá que yo nunca hubiera nacido...” Pero Jesús dice: “Yo he venido para tengan vida, y para que la tengan en abundancia” (Juan 10:10)
Roberto Ingersoll (cuando murió su hermano) dijo: “La vida es un valle estrecho entre dos cumbres frías y áridas de la eternidad... Gritamos y pedimos socorro y la única respuesta es el eco de nuestro propio grito”.  Pero Jesús dice: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.  Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas” (Mateo 11:28-29)
Hay esperanza, gozo y paz por la fe en Cristo: “...el Dios de la esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza...” (Romanos 15:13)


¡QUE  CONTRASTE!

¡Qué contraste hay entre la creencia de que las cosas son “la colocación casual de átomos” y el propósito y esperanza que  Jesús nos promete en este mundo!
Para obtener la felicidad que Jesús ofrece, es necesario creer en Él (Juan 14:15).  No en tradiciones humanas, ni en emociones engañosas, sino en la palabra de Dios: “La fe es por el oír, y el oír por la palabra de Dios” (Romanos 10:17)
La única fe verdadera es la que proviene de oír la palabra de Dios, no la que se basa en tradiciones inventadas por los hombres o en nuestros sentimientos.


¿PODEMOS CREER EN ALGO QUE NO HEMOS VISTO?

Jorge Luis Borges (cuando le preguntaron acerca de su creencia en Dios) dijo que es imposible creer en algo que no se ve. Pero tal actitud no tiene sentido, porque creemos en muchas cosas que no se pueden ver, por ejemplo: ¿Cuántos crímenes son cometidos delante de un juez o un jurado? ¡Casi ninguno! Entonces, ¿Cómo puede el jurado llegar a creer en algo (como los detalles de un crimen) cuando no lo ha visto con sus propios ojos? La respuesta es fácil: Creen y juzgan sobre la base de la versión de testigos.
El objetivo de un juicio es determinar la verdad basada en las pruebas de testigos fiables.  El testimonio de un testigo honrado puede ser creído y un jurado o juez puede emitir un justo juicio aunque no hayan visto con sus propios ojos lo que pasó.


EL TESTIMONIO ACERCA DE JESÚS

Hoy en día no podemos ver personalmente a Jesús ni sus milagros, pero tenemos mucha documentación de sus obras por medio de testigos oculares que afirmaron verle hacer señales innegables de su deidad.
De mayor importancia: Los testigos afirmaron ver a Jesús vivo después de su muerte, pero ¿Cómo podemos creer a estos testigos? La respuesta es fácil: Como un juez o un jurado, podemos creer por investigar su testimonio.  Si son testigos fiables, entonces Jesús verdaderamente hizo milagros y resucitó de entre los muertos.  Es en base a este testimonio en el Nuevo Testamento que hombres y mujeres inteligentes y racionales creen hoy en día en Jesús.
Los apóstoles y otros testigos declararon con mucho valor haber sido testigos oculares de Jesús, sus milagros, enseñanzas y su resurrección: “Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida... lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos”( 1 Juan 1:1-3)
“...no os hemos dado a conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo siguiendo fábulas artificiosas, sino como habiendo visto con nuestros propios ojos su majestad”
(2 Pedro 1:16)


¿FUERON MENTIROSOS LOS APÓSTOLES?

Las siguientes pruebas respaldan el testimonio de los apóstoles y otros testigos que afirmaron ver los milagros de Jesús y su resurrección:
  • El gran número de gente que vio los milagros y la resurrección de Jesús.  Ellos lo vieron vivo y su versión respalda el testimonio de los apóstoles.  El apóstol Pablo presentó algunas evidencias de la resurrección de Jesús solamente 30 años después de este suceso.  En su primera carta a los corintios, Pablo menciona a más de 500 testigos de la resurrección de Jesús y que la mayor parte de estos testigos vivían al escribirse la carta (1 Corintios 15:3-6).  A los cristianos que dudaban de la resurrección corporal de Jesús, Pablo les desafió a que hablaran con los más de 500 testigos oculares que habían visto a Jesús vivo después de su muerte.  Si solamente 1 ó 2 hombres hubieran afirmado haber visto a Jesús resucitado, tendríamos razón en dudar de su testimonio.  Pero cuando más de 500 personas fiables testificaron del mismo hecho, el de la resurrección de Jesús, cuanto más necesitamos creer su testimonio.  Y hubo centenares de otros testigos que vieron otros milagros de Jesús.
  • El cambio en las vidas de los apóstoles.  Antes de ver a Jesús resucitado, eran tímidos e ignorantes y tenían mucho miedo de los enemigos de Jesús (Juan 11:8; Mateo 26:69-75).  Cuando prendieron a Jesús todos los apóstoles huyeron como cobardes (Mateo 26:56). Pero, después de la resurrección de Jesús se convirtieron en hombres valientes frente a sus enemigos (Hechos 4:13, 18-20 y 5:29).  Proclamaron con valor el evangelio y estuvieron dispuestos a sufrir, e incluso morir por Cristo.  El cambio de estos hombres, demuestra que la resurrección no es un cuento.
  • Los apóstoles y primeros cristianos no tenían nada que ganar con su afirmación.  Tal vez, la evidencia más fuerte de la veracidad del testimonio apostólico es que ellos no tenían nada que ganar con su doctrina.  Cuando una persona es mentirosa, tiene un motivo para mentir.  Pero, ¿Qué motivo habrían tenido los apóstoles para mentirle al mundo? ¿Qué ganaron con testificar que Jesús había resucitado de los muertos? ¿Recibieron popularidad o dinero?   Al contrario, todos los apóstoles (con excepción de Juan) fueron muertos por su testimonio.  ¿Mentiría Ud., si supiera que va a ser torturado y muerto por su mentira? ¡La idea es absurda! ¡Ningún hombre moriría por testificar haber visto a Jesús vivo después de su muerte! ¿Murieron ellos por una mentira?



Le animamos a que siga estudiando con nosotros. ¡¡Tenemos mucho que aprender acerca de Jesús!!


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