Por Josué I. Hernández
Mahoma y José Smith alegaban
ser perseguidos por su fe. A la vez que ambos tuvieron muchas esposas, ya
que eran polígamos.
Mahoma y José Smith recibieron
visiones, y dejaron un mensaje escrito supuestamente inspirado por Dios. A la
vez que afirmaron ser el profeta final de Dios.
Los seguidores de Mahoma y
José Smith asesinaron a inocentes denominados como “infieles” en la misma fecha (11 de Septiembre).
Una milicia mormona masacró a decenas de hombres, mujeres y niños, bajo la
autoridad de Brigham Young, el 11 de septiembre de 1857. Sólo 17 de los niños pequeños
se salvaron de la muerte. Este trágico evento es conocido como “La Masacre
de Mountain Meadows”. Así también, el 11 de septiembre 2001, varios
seguidores de Mahoma, con el Corán como guía, enviaron dos aviones contra el
World Trade Center matando a 3.000 hombres inocentes, mujeres y niños.
Mahoma y José Smith fueron visitados supuestamente por un ángel. José Smith fue visitado por “Moroni” y
Mahoma por “Gabriel”. Sin embargo, el apóstol Pablo dijo: “Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó
por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente. No que haya otro,
sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de
Cristo. Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio
diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. Como antes hemos dicho,
también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que
habéis recibido, sea anatema” (Gal. 1:6-9).
Mahoma y José Smith dijeron
que no existía una religión verdadera sobre la tierra, sólo apostasía y error,
lo cual hizo de ellos los recipientes
de una “nueva” revelación. Mahoma apeló a la división sectaria del llamado
“cristianismo”: “ASÍ FUE, en palabras
veraces, Jesús, hijo de María, sobre cuya naturaleza discrepan tan
profundamente” (Corán, Sura 19:34). Por su parte, José Smith estaba muy
abrumado por la división religiosa de sus días, el escribió: “Había sido mi objeto recurrir al Señor para
saber cuál de todas las sectas era la verdadera, a fin de saber a cuál unirme… Se
me contestó que no debía unirme a ninguna, porque todas estaban en error; y el
Personaje que me habló dijo que todos sus credos eran una abominación a su
vista…” (La Perla de Gran Precio 1:18-19).
Mahoma y José Smith procuraron
restaurar la verdad que se había perdido, estableciendo a su vez lo que
alegaron ser la religión verdadera.
El Islam afirma que Adán y Abraham eran musulmanes, una afirmación absurda e
indocumentada, tanto por la historia como la arqueología. A su vez, los
mormones afirman que la iglesia primitiva, de la cual leemos en el Nuevo
Testamento, era una iglesia mormona.
Mahoma y José Smith afirmaron
ser analfabetos a la hora de escribir sus libros, y esto se ha utilizado como
palanca y “evidencia” de que los libros resultantes son palabra de Dios. Sin
embargo, ¿puede un hombre iletrado escribir el Corán o el Libro de Mormón?
¿Eran totalmente “iletrados” los autores bíblicos inspirados por Dios?
Mahoma y José Smith alegaron
que la Biblia se corrompió, se alteró, y perdió su significado, y que es un
libro poco fiable.
Mahoma y José Smith afirmaron
que su libro sagrado es el más correcto y perfecto sobre la tierra. Por
ejemplo, del Corán se dice: “El Corán es
una transcripción literal de la Revelación divina hecha por Alá al Profeta
Muhammad, por medio del Ángel Gabriel, a lo largo de 23 años de su vida. Nunca
ha sido modificado, por lo que sus 114 suras (capítulos) continúan, siendo, el
mismo texto milagroso de hace catorce siglos, el cual tendrá vigencia hasta el
final de los tiempos” (Musulmanes Shiítas de El Salvador).
Mahoma y José Smith afirmaron
que su nueva “Biblia” se basa en un registro almacenado en el cielo. Ambas
religiones afirman básicamente lo mismo de sus libros sagrados. En el caso de
las placas de oro de Nefi, supuestamente el ángel Moroni se las llevó al cielo.
Mahoma y José Smith afirmaron
que las versiones resultantes de las revelaciones que recibieron se mantendrían
idénticas, sin variaciones, alteraciones o daños. Por ejemplo, José Smith
afirmó: “Declaré a los hermanos que El
Libro de Mormón era el más correcto de todos los libros sobre la tierra, y la
clave de nuestra religión; y que un hombre se acercaría más a Dios al seguir
sus preceptos que los de cualquier otro libro” (Introducción al Libro de
Mormón). Claro está, todas estas afirmaciones no son válidas. Es muy notorio el
trabajo de Muhammad Fahd Khaaruun con las diferentes versiones del Corán al
querer facilitar lo que fue revelado originalmente (y paradójicamente, el Corán
llama a la Biblia “la palabra de Dios”, Sura 6:115). Así también, ha sido
notorio el trabajo de Sandra Tanner (entre varios otros) al demostrar los miles
de cambios que hasta el día de hoy se han realizado al Libro de Mormón.
Mahoma y José Smith tomaron
conceptos del paganismo-politeísmo para sus nuevas religiones. Antes del Islamismo, la
religión preponderante en Arabia era extremadamente supersticiosa. En nuestra
cultura hispana aún sobrevive la historia arábica de Alí Babá y los 40 ladrones. La gente en Arabia creía en Genios
(Jinns), en piedras mágicas, maldiciones, y muchísimas prácticas ocultistas. Actualmente,
Disney se ha hecho cargo de mantener estos cuentos vivos, caracterizando a
genios en lámparas mágicas, volando en alfombras voladoras, etc. Según el Dr. Kenneth
Boa: “los árabes eran personas idólatras
politeístas (con más de un dios) y tenían un panteón de dioses. Uno de estos
muchos dioses era Alá. Entre estos dioses también acompañaban a Alá, demonios
(djinn) y ángeles. Meca era el centro religioso y contenía unos 360 santuarios
para dioses diferentes”. De acuerdo
al Diccionario Webster, la palabra Alá es una Palabra compuesta por la palabra
árabe al-ilah, que en inglés significa "el dios". El nombre del dios
Alá puede encontrarse en escrituras preislámicas y en otros artefactos arqueológicos.
En Kabah, en Meca, la gente adoraba cientos de dioses, pero Kabah fue
construida para honrar a la deidad principal, el dios luna. Alá era el nombre o
título personal del dios luna. De acuerdo a la religión preislámica, Alá estaba
casado con la diosa sol. Ellos no solamente estaban casados, sino que tuvieron
tres hijas.
Mahoma no inventó una nueva
deidad, sino que adoptó una de los cientos de deidades arábicas, la que adoraba
su familia, y removió a todas las otras deidades del escenario declarando que
"Alá es el único Dios", y, ¿Quién era su profeta? Pues Mahoma. En cuanto a José Smith, la
historia es similar en el hecho de que tomó conceptos de una doctrina
denominada “piramidología”, de los masones y otros sistemas místicos.
Mahoma y José Smith dieron a
conocer revelaciones incoherentes y contradictorias. Mahoma se retractó de los
versos satánicos que había aceptado, y los seguidores de Smith se retractaron
de aceptar la poligamia.
En el Corán 22, 51/52 y 53,
19/20 se encuentra la narración cuando Mahoma tuvo una "experiencia"
en la cual, desesperado por atraer hacia su causa a los habitantes de La Meca,
fue tentado por "Satán" para proclamar como revelación divina
determinados versículos que, de hecho, eran una perversión de la verdad. Estos
versículos reconocían a tres diosas que los residentes de La Meca adoraban,
otorgándoles un lugar en el Islam como intermediarias entre "Dios" y
los hombres. Al oír esto, las gentes de La Meca, quienes eran adeptos al
politeísmo, aceptaron el Islam. Aparentemente y por un tiempo, esta revelación
dada al Profeta funcionó ya que la nueva religión creció mucho en poco
tiempo. Sin embargo, el ángel Gabriel
comunicó más tarde a Mahoma que la supuesta revelación provenía de Satán y no
de Dios, razón por la que teólogos contemporáneos islámicos han acuñado el
término "Versos satánicos" para designar estos versos. Según la
tradición, Gabriel le reveló las palabras exactas (que hoy se pueden leer en el
Corán: 22, 51/52 y 53, 19/20). En la versión ortodoxa, las diosas eran
descalificadas como "meros nombres", sin poder ni verdadera entidad.
Cuando les fueron revelados los versículos auténticos, los habitantes de La
Meca, decepcionados por la eliminación súbita de sus diosas, abandonaron el
Islam y abrazaron sus antiguas creencias.
Nótese la siguiente
contradicción entre el Libro de Mormón y el libro Doctrinas y Convenios. El
Libro de Mormón claramente condena el matrimonio
plural como uno de los “delitos más graves”
y “fornicaciones”, al menos entre los
nefitas. Específicamente se menciona los matrimonios
plurales de David y Salomón, y se los denuncia como “abominación”:
“Mas
la palabra de Dios me agobia a causa de vuestros delitos más graves. Porque he
aquí, dice el Señor: Este pueblo empieza a aumentar en la iniquidad; no
entiende las Escrituras, porque trata de justificar sus fornicaciones, a causa
de lo que se escribió acerca de David y su hijo Salomón. He aquí, David y
Salomón en verdad tuvieron muchas esposas y concubinas, cosa que para mí fue abominable, dice el Señor... Por tanto,
yo, el Señor Dios, no permitiré que los de este pueblo hagan como hicieron los
de la antigüedad. Por tanto, hermanos míos, oídme y escuchad la palabra del
Señor: Pues entre vosotros ningún hombre tendrá sino una esposa; y concubina no tendrá ninguna; porque yo, el Señor
Dios, me deleito en la castidad de las mujeres. Y las fornicaciones son una
abominación para mí; así dice el Señor de los Ejércitos” (Jacob 2:23-24,26-28, El
Libro de Mormón, énfasis nuestro).
Doctrina y Convenios
insiste que David y Salomón fueron completamente justificados, y no cometieron
pecado al tener varias esposas y concubinas. Obviamente, dos enunciados son
contradictorios cuando ambos no pueden ser verdaderos:
“De
cierto, así te dice el Señor, mi siervo José, que por cuanto te has dirigido a
mí para saber y entender cómo es que yo, el Señor, justifiqué a mis siervos Abraham, Isaac y Jacob, como también a
Moisés, David y Salomón, mis siervos, tocante al principio y doctrina de tener
muchas esposas y concubinas, he aquí, soy el Señor tu Dios, y te contestaré en
cuanto a este asunto. Por tanto, prepara tu corazón para recibir y obedecer las
instrucciones que estoy a punto de darte, porque todos aquellos a quienes se
revela esta ley, tienen que obedecerla. Porque he aquí, te revelo un nuevo y sempiterno convenio; y si no lo
cumples, serás condenado, porque nadie puede rechazar este convenio y entrar en
mi gloria... David también recibió muchas esposas y concubinas, y también
Salomón y Moisés, mis siervos, así como muchos otros de mis siervos, desde el principio de la creación hasta hoy;
y en nada pecaron sino en las cosas que no recibieron de mí. David recibió sus
esposas y concubinas de mí, por
conducto de Natán, mi siervo, y de otros profetas que tenían las llaves de esta
potestad; y en ninguna de estas cosas
pecó contra mí, sino en el caso de Urías y su esposa” (Doctrinas y Convenios 132:1-4,38-29,
énfasis nuestro).
Mahoma y José Smith dejaron
una división entre sus seguidores al momento de morir. Se desató una feroz
rivalidad y contienda entre los “fieles conversos” en cuanto a quién sería el sucesor. Los partidos se hundieron en
la división irreparable que ha perdurado hasta el día de hoy. El islamismo y el
mormonismo mantienen una disputa interna en cuanto a cuál grupo es el verdadero
remanente de su fundador y profeta.
Los mormones, en contra de la
Biblia, practican el bautismo a favor de los muertos, mediante la recopilación
de las genealogías. Todo esto a pesar de que la Biblia impide el centrarse en
genealogías: “ni presten atención a
fábulas y genealogías interminables, que acarrean disputas más bien que
edificación de Dios que es por fe, así te encargo ahora” (1 Tim. 1:4). “Pero evita las cuestiones necias, y genealogías,
y contenciones, y discusiones acerca de la ley; porque son vanas y sin provecho” (Tito 3:9).
Los mormones han sido
criticados por practicar el bautismo a favor de difuntos en los campos de
holocausto nazi. Es un hecho muy bien documentado como el bautismo póstumo de personas, pretende convertirlas de facto al
mormonismo. Esta es una práctica corriente dentro de la Iglesia Mormona. Es
más, según líderes judíos, en las últimas décadas, los mormones estadounidenses
han bautizado póstumamente unas 650.000 víctimas del Holocausto, incluyendo a la
célebre Anna Frank. Así, pues, los mormones ven a todo hombre que vivió como un
“mormón”. Algo similar a lo que sucede con los musulmanes, quienes afirman que
todo hombre nace musulmán, pero que luego reniega de ésta “verdad”, su primera
fe. Es más, los musulmanes pretenden reescribir la Historia, al presentar a
Jesús y sus apóstoles como musulmanes. Algo muy similar a lo que hacen los
mormones, quienes pretenden beneficiar a judíos para que sean mormones en la
otra vida. Obviamente, la recopilación de extensas genealogías no hace de las
personas muertas “mormones” en la próxima vida, ni el reescribir la Historia
hace de Jesús un musulmán.
Tanto el Islam como el Mormonismo
tienen un historial de violencia, poligamia y revelaciones que justifican sus
malas acciones. Y todo esto ha sido practicado por los más “fieles” a la
doctrina original.
Tanto el Islam como el
Mormonismo - así como los Testigos del Atalaya - están a merced de una
“revelación progresiva”, llamada por los Testigos “nueva luz”, y por los
musulmanes “nasikh”.
Hace tiempo atrás los Testigos del Atalaya fueron instruidos a celebrar la Navidad, los cumpleaños y saludar a la bandera,
pero su “nueva luz” cambió todo eso. Los musulmanes como los mormones fueron
originalmente polígamos, pero luego todo cambió. En el caso de los mormones,
“El Manifiesto” en contra de la poligamia fue una “revelación” para John Taylor,
unos 40 años después de la muerte de José Smith, cuando el Gobierno de los
Estados Unidos prohibía la práctica de la poligamia.
La nueva revelación cambia la
revelación antigua cuando se convierte en un “inconveniente” para el “profeta”.