Historia y Arqueología de la Crucifixión


En oposición a la teoría de la crucifixión en un “madero de tormento”

Por Josué Hernández


NOTA: El término “madero de tormento” es parte de las creencias de los testigos del Atalaya para referirse al instrumento usado para ejecutar a Jesucristo. Fue propuesto por Joseph Franklin Rutherford en 1936 en su libro Riquezas (“Riches”), como una “crux simplex”, en oposición a la historia, la arqueología, la creencia tradicional y su iconografía temprana, que, sin excepción, consideran que Jesús murió en una cruz con travesaño.

La Enciclopedia Británica informa que el primer registro histórico de la crucifixión aconteció en el año 519 A.C. cuando “Darío I, rey de Persia, crucificó a 3.000 oponentes políticos en Babilonia”.

Algunos detalles adicionales se encuentran en The Eerdman's Bible Dictionary (Rev. Ed., 1975): “La crucifixión es primeramente atestiguada entre los persas… La emplearon luego los griegos, en especial Alejandro Magno, y por los cartagineses de los cuales los romanos adaptaron la práctica como castigo para los esclavos y los no ciudadanos, y ocasionalmente para los ciudadanos culpables de traición. Aunque en el Antiguo Testamento los cadáveres de los blasfemos o idólatras muertos por lapidación podrían ser colgados de un árbol para su humillación (Deut. 21:23), la crucifixión en sí no fue introducida en Palestina hasta la época helenística. Según Josefo, el seléucida Antíoco IV Epífanes crucificó a los judíos que no aceptaron la helenización”.


La prueba arqueológica de una “cruz” a diferencia de un “madero de tormento”

Numerosos hallazgos históricos han justificado la cruz tradicional. Una prueba es el descubrimiento de un grafiti que data del 200 D.C., tomado de las paredes del Palatino Romano, en el que se observa a un asno crucificado; sin duda, una burla a un prisionero cristiano que adoraba al Señor. Para los romanos impenitentes fue divertido ver como los cristianos adoraban a este Jesús a quien Roma había colgado en una cruz.

En junio de 1968, los buldóceres que trabajan al norte de Jerusalén accidentalmente se toparon con varias tumbas que datan entre el siglo I A.C., al siglo I D.C. El arqueólogo griego Vasilius Tzaferis fue instruido por el Departamento de Antigüedades Israelí a excavar cuidadosamente aquellas tumbas. Así fue como, posteriormente, uno de los hallazgos más interesantes de los últimos tiempos fue descubierto: Los primeros restos óseos de un hombre crucificado. Sin embargo, el factor más importante de este hallazgo es que data de los tiempos de Cristo. El esqueleto era de un hombre llamado Yehohanan hijo de Chaggol, que había sido crucificado entre los años 24 y 28 del primer siglo.

El Sr. Tzaferis escribió un artículo en Enero/Febrero de 1985 en la revista Biblical Archaeology Review (BAR). Aquí están algunos de sus comentarios que atañen a la crucifixión en los tiempos de Cristo:

A finales del siglo primero, los romanos adoptaron la crucifixión como un castigo oficial para los no romanos por ciertas transgresiones específicas. Inicialmente, la crucifixión fue utilizada más que como un método de ejecución, como un castigo. Por otra parte, sólo los esclavos convictos de ciertos crímenes eran castigados en la cruz. Durante este primer período, una viga de madera, conocida como “furca” o “patíbulum” fue colocada en el lomo del convicto y atado a sus brazos.
…Cuando la procesión llegaba al lugar de la ejecución, una estaca vertical se fijaba en el suelo. A veces, la víctima estaba unida a la cruz sólo con cuerdas, y en tal caso, el patíbulum o travesaño, donde ya estaban los brazos de la víctima atados, simplemente se fijaban a la viga vertical. Los pies de la víctima se aseguraban a la viga vertical con unas cuantas vueltas de la cuerda. Pero, si la víctima era crucificada por medio de clavos entonces sería recostada boca arriba en el suelo con sus hombros sobre el travesaño, sus brazos serían extendidos y aseguradas sus manos con clavos al patíbulum para luego ser alzada a la unión del travesaño con la viga vertical, luego los pies eran clavados a la viga vertical. Con el fin de alargar la agonía, los verdugos romanos idearon dos instrumentos que mantenían a la víctima con vida en la cruz por largos periodos de tiempo. Uno de ellos era el “sedile”, un pequeño asiento de madera unido a la parte delantera de la cruz, en la parte media de la viga vertical. Éste dispositivo proveía algún tipo de apoyo para el cuerpo de la víctima y explica la frase romana “sentarse en la cruz”. Tanto Justino Mártir como Ireneo describen la cruz como teniendo cinco extremos, en lugar de cuatro, el quinto fue probablemente el “sedile” (p.48, 49).

Luego, en un artículo de seguimiento de éste hallazgo arqueológico, Noviembre/Diciembre, la Biblical Archaeology Review, hizo la siguiente declaración:

De acuerdo a las fuentes literarias romanas, nunca los condenados a la crucifixión cargaron la cruz completa, a pesar de la creencia común que lo contradice, y a pesar de las múltiples recreaciones de la caminata de Jesús al Gólgota. En realidad sólo el travesaño era cargado, mientras que el madero vertical se encontraba en un lugar permanente para ser utilizado en ejecuciones posteriores. Como señaló Josefo, un historiador judío del primer siglo, la madera era tan escasa en Jerusalén durante el primer siglo que los romanos se vieron obligados a viajar hasta diez kilómetros de Jerusalén para obtener madera para su maquinaria de asedio (p.21).

Son similares los detalles suplidos en el “New International Dictionary of New Testament Theology”:

Es cierto que sólo los romanos practicaban esta forma de ejecución. Pero, es más probable que el “staurus” tenía un corte transversal en forma de un travesaño. Las fuentes seculares no permiten ninguna conclusión en cuanto a la forma precisa de la cruz, en cuanto a si era una “crux immissa (+)” o una “crux commissa (T)”, pues no era muy común el colocar la causa escrita sobre la cruz. Por lo tanto, no necesariamente la cruz fue una “crux immissa”. Había dos maneras posibles de erigir el “staurus”. El condenado podía ser fijado a la cruz en el suelo en el lugar de la ejecución, para luego ser alzado a la cruz. Alternativamente, era usual tener la estaca en el suelo, ya implantada en el lugar de la ejecución. La víctima era atada al madero transversal y luego alzada con éste travesaño, la estaca vertical. Este era la forma más simple del levantamiento del condenado, y el acto de cargar el travesaño (patíbulum) probablemente estaba conectado con el castigo de los esclavos. Por lo tanto, la “crux commissa” se puede tomar como una práctica habitual. La cruz fue probablemente no más alta que la altura de un hombre (Vol.1, p.392).


Otros hallazgos arqueológicos

Además de los hallazgos arqueológicos más recientes, hay algunos otros de interés que vamos a tomar en cuenta.

En 1873, el famoso erudito francés Charles Clermant-Ganneau reportó el hallazgo de una cámara funeraria o sepulcro en el Monte de los Olivos, dentro del cual había unos 30 osarios (cajas rectangulares de piedra) donde se  conservaban restos óseos después que el tejido más blando del cuerpo se había desintegrado. Uno de estos osarios tenía el nombre “Judá” asociado con una cruz con brazos de igual longitud. Además el nombre “Jesús” apareció tres veces, y dos veces asociado con una cruz. Sería muy poco probable que judíos cristianos hubiesen sido sepultados en ésa zona después del 135 D.C., cuando los romanos prohibieron a los judíos la entrada al Aelia Capitolina… después de la segunda revuelta judía (Ancient Times, Vol. 3, No. 1, July 1958, p.3).

En 1939 las excavaciones en Herculano, la ciudad hermana de Pompeya (destruida en el 78 D.C. por el Vesubio) produjeron el descubrimiento de una casa donde había una cruz de madera clavada en la pared de una habitación. De acuerdo a “Buried History” (Vol. 10, No. 1, Marzo 1974 p.15): Debajo de ésta (la cruz) había una especie de pequeño armario, un paso más adelante, el cual se ha considerado que es algún tipo de altar, pero bien podría haber correspondido simplemente a un lugar de oración. Si ésta interpretación es correcta, y los excavadores está fuertemente a favor de la significación cristiana del símbolo y el mobiliario, entonces aquí tenemos el ejemplo de un local de una iglesia primitiva.

En 1945 una tumba familiar fue descubierta por el profesor E.L. Sukenik del Museo de Antigüedades Judías de la Universidad Hebrea. El Sr. Sukenik es la principal autoridad mundial en lo relacionado a los osarios judíos. Por lo tanto, tenga en cuenta sus conclusiones: Dos de los osarios llevan el nombre “Jesús” en griego… El segundo de ellos tiene también cuatro cruces grandes dibujadas… (El Prof. Sukenik) concluyó que las inscripciones y las cruces estaban relacionadas, siendo las expresiones de dolor por la crucifixión de Jesús, escritas cerca de ese tiempo… El profesor Sukenik señala… (que) la cruz puede representar una “expresión pictórica de la crucifixión, equivalente a exclamar ¡Él fue crucificado!” La tumba está fechada por la cerámica, las lámparas y el carácter de las letras utilizadas en las inscripciones al primer siglo A.C, a más tardar a mediados del siglo I D.C., lo cual significa que las inscripciones caen dentro de dos décadas de la crucifixión a más tardar (Ancient Times, Vol.3, No.1, July 1958, p.35 – Véase también Vol.5, No.3, March 1961, p.13.).


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