¿Puede una iglesia local obligar a la hermandad a sujetarse a un caso de disciplina?


Por Josué I. Hernández


Ciertamente, según las Escrituras, no hay comunión orgánica entre las iglesias de Cristo, y por lo tanto ninguna iglesia de Cristo debe entregar su obra y responsabilidad a otra, ni ejercerá dominio-control sobre otra. Entonces, una iglesia local no rendirá su propio proceso de disciplina a otra iglesia bajo la ley de Cristo.
Por ejemplo, no le correspondía a los tesalonicenses ejecutar la disciplina al fornicario de Corinto (1 Cor. 5). Por su parte, la responsabilidad disciplinaria de los corintios no sería transferible a otra iglesia local, por ejemplo la iglesia en Roma. Era la responsabilidad de ellos (los corintios) ejecutar la disciplina, no de otros.

La iglesia universal no está organizada, no tiene ninguna obra colectiva que hacer, y no está compuesta de congregaciones locales. Todas las iglesias locales de nuestro Dios son iguales ante Cristo, para nuestro Señor no hay iglesias capaces de violar autonomías por muy grandes e influyentes que puedan ser.

Recordemos, una iglesia local se puede equivocar, por ejemplo, la iglesia de Corinto (1 Cor. 5; 2 Cor. 2:5-11); y por lo tanto, ilustrando el caso, un proceso de "disciplina pecaminoso" ¿llegará a ser una "acción correcta" sólo porque fue ejecutada por una llamada iglesia de Cristo?
A su vez, ningún individuo cristiano, por ejemplo un predicador de influencia, podría ejercer presión de control sobre iglesias locales vulnerando sus autonomías, y a su vez permanecer aprobado (cf. 2 Cor. 1:24).
Por mucha influencia e información que alguno tenga, el predicador no es representante encargado de las iglesias de Cristo. Sabemos que puede suceder, el predicador también se puede equivocar.

La iglesia local siempre debe actuar independientemente, reteniendo su propia “autonomía” (su derecho y facultad de gobernar sus propios asuntos bajo la dirección autoritativa de Cristo).
  • La iglesia local puede tomar decisiones (“a quienes hubiereis designado”, 1 Cor. 16:3).
  • Epafrodito estaba en Roma pero era un siervo de la iglesia en Filipos (Fil. 2:25; 4:18).
  • Febe iba para Roma pero era una sierva de la iglesia en Cencrea (Rom. 16:1).
  • La iglesia de Filipos obró colectivamente en apoyar al apóstol Pablo (Fil. 1:4-5; 4:15), lo cual indica un tesoro común.
**La iglesia local es cuerpo de Cristo (1 Cor. 12:27), una familia espiritual (Gal. 6:1-2; 1 Tes. 5:14-15).

Es muy necesario estudiar más y con mucho cuidado lo que es la autonomía de la iglesia local y su obra, para no caer en el error de pretender activar a la iglesia universal como un cuerpo compuesto de congregaciones centralizadas.
Es decir, podemos estar usando bien el dinero de la colecta dominical sin centralizarlo, y a la vez procurar centralizar la disciplina de la hermandad en manos de una determinada iglesia local o predicador de influencia.
Por ejemplo, la “iglesia X” aplica 1 Corintios 5 y 2 Tesalonicenses 3:14, y se aparta de cierto hermano, y cree equivocadamente que su juicio es una acción para toda la iglesia universal, forzando a otros hermanos a cortar automáticamente la comunión del hermano a quien ella ha disciplinado, aun cuando la hermandad no sepa del caso. 
Entonces, la "iglesia X" comienza a obligar a otros hermanos a sujetarse a su proceso de disciplina, y a "cortar la comunión" de todos los que no respeten lo que ellos hicieron. Pero, la Biblia no dice eso.
Otras iglesias e individuos tomarán su propio proceso de investigación, exhortación, amonestación, juicio, etc. Ninguna iglesia local puede obligar a la hermandad a subordinarse a su proceso de disciplina autónomo.

Obviamente, si un hermano está en pecado debe arrepentirse, y la iglesia local debe aplicar 1 Corintios 5 y 2 Tesalonicenses 3:14, luego de haber aplicado primeramente pasajes como Gálatas 6:1 y 1 Tesalonicenses 5:14. Sin embargo, no hay autoridad bíblica para obligar a todas las iglesias de Cristo a sujetarse a la acción de una iglesia local.

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