“Con sabiduría se edificará
la casa, Y con prudencia se afirmará; Y con ciencia se llenarán las cámaras De
todo bien preciado y agradable” (Prov. 24:3-4).
Por Josué I. Hernández
Dios es el Creador de la familia, Él la
instituyó. Por lo tanto es lógico creer
que Dios sabe lo que toda familia necesita y que ha provisto de toda la
información necesaria por medio de las Sagradas Escrituras para fortalecer el
hogar (2 Tim. 3:16-17). La Biblia es el
manual que Dios ha revelado para que todos los hombres puedan construir una
familia fuerte y feliz. Como dijo el
salmista: “Si Jehová no edificare la
casa, En vano trabajan los que la edifican” (Sal. 127:1).
Dios está interesado en el bienestar del
hombre, y la familia fue creada para nuestro provecho y felicidad. No exageramos cuando evaluamos el impacto de
la familia sobre el individuo y la sociedad que le circunda, cuando la familia
se deteriora la sociedad se desmorona inevitablemente.
Cuando Dios hizo pacto con Israel en el monte
Sinaí, tres de los diez mandamientos tuvieron una relación directa con la
familia: “Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días
se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da” (Ex. 20:12). “No cometerás adulterio” (Ex. 20:14). “No
codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su
siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo” (Ex. 20:17).
Un libro de la Biblia, en particular, tiene
mucho que decir sobre la familia, este es el libro de Proverbios, el cual
revela la sabiduría práctica de Dios para la edificación y enriquecimiento de
todos los hogares.
Veamos algunos puntos que podemos considerar para edificar y fortalecer nuestro
propio hogar:
1. Dios:
“El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; Los insensatos
desprecian la sabiduría y la enseñanza” (Prov. 1:7).
“Mejor es lo poco con el temor de Jehová, Que el gran tesoro donde hay
turbación” (Prov. 15:16).
Para que nuestra familia sea fuerte y feliz,
Dios debe ser el integrante principal de ella y su perfecta voluntad, revelada
en la Biblia, debe ser la guía familiar.
2. Compromiso:
“La mujer sabia edifica su casa; Mas la necia con sus manos la derriba” (Prov. 14:1).
“En todo tiempo ama el amigo, Y es como un hermano
en tiempo de angustia” (Prov. 17:17).
Para que nuestra familia sea fuerte y feliz,
cada integrante de ella ha de estar plenamente comprometido y totalmente
interrelacionado con los demás en un compromiso de sincero amor para el progreso
y bienestar del hogar.
3.
Tiempo:
“La memoria del
justo será bendita; Mas el nombre de los impíos se pudrirá” (Prov. 10:7).
“Dame, hijo mío, tu corazón, Y miren tus ojos por mis caminos” (Prov. 23:26).
Cada integrante de la familia ha de esforzarse
todos los días por tener una interacción positiva con los demás, y construir
juntos “gratos momentos” que serán en el futuro los “dulces recuerdos” de la
memoria.
4.
Comunicación:
“Mejor es lo poco con el temor de Jehová, Que el gran tesoro donde hay
turbación” (Prov. 15:16).
“Manzana de oro con figuras de plata Es la palabra dicha como conviene” (Prov. 25:11).
“Hay hombres cuyas palabras son como golpes de
espada; Mas la lengua de los sabios es medicina” (Prov. 12:18).
“El hijo sabio recibe el consejo del padre; Mas el
burlador no escucha las reprensiones” (Prov. 13:1).
“Gotera continua en tiempo de lluvia Y la mujer
rencillosa, son semejantes” (Prov. 27:15).
Para que nuestra familia sea fuerte y feliz no
necesita “más dinero” sino más comunicación de calidad. La buena comunicación, la honestidad y la
comprensión deben ser “la sangre” de la familia.
5.
Aprecio:
“El hombre se alegra con la respuesta de su boca;
Y la palabra a su tiempo, ¡cuán buena es!” (Prov. 15:23).
“Sé sabio, hijo mío, y alegra mi corazón, Y tendré
qué responder al que me agravie” (Prov. 27:11).
Para que nuestra familia sea fuerte y feliz,
debemos hacer del hogar un cálido refugio contra el frío mundo, a menudo malo y
difícil. En el hogar ha de encontrarse
el apoyo mutuo y el estímulo continuo para perseverar firmes en medio de las
tormentas de la vida.
6.
Perseverancia:
“Si fueres flojo en el día de trabajo, Tu fuerza será reducida” (Prov. 24:10).
“Porque siete veces cae el justo, y vuelve a levantarse; Mas los impíos
caerán en el mal” (Prov.24:16).
Para que nuestra familia pueda navegar con éxito en las tormentas de la
vida, la fe en Dios hará la diferencia.
Es la Escritura la que dirige exitosamente la fuerza de cada uno de los
integrantes de la familia por el buen camino de la sabiduría y la paz.
Conclusión
“Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y
de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Y estas palabras que yo te mando hoy,
estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas
estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te
levantes. Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales
entre tus ojos; y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas” (Deut. 6:5-9).
“Oye, hijo mío, y recibe mis razones, Y se te
multiplicarán años de vida. Por el camino de la sabiduría te he encaminado, Y
por veredas derechas te he hecho andar… Mas la senda de los justos es como la luz
de la aurora, Que va en aumento hasta que el día es perfecto” (Prov. 4:10, 11, 18).