El hundimiento del Titanic


Por Josué I. Hernández


El hundimiento del Titanic puso fin a la travesía inaugural del RMS Titanic, que debía conectar Southampton con Nueva York. Ocurrió en la noche del 14 al 15 de abril de 1912 en el océano Atlántico, frente a las costas de Terranova.

El Titanic chocó contra un iceberg en el lado de estribor el 14 de abril de 1912 a las 23:40 y se hundió en menos de tres horas, a las 02:20. Fallecieron 1.512 personas por ahogamiento o hipotermia, lo que convierte este naufragio en una de las mayores catástrofes marítimas en tiempo de paz y en el más fatal de la época.

Al mencionar el hundimiento del Titanic lo hacemos con el estupor de una tragedia, estupor como consecuencia de un declarado desafío a Dios en la soberbia respuesta de su Capitán, quien a la pregunta expresada por una mujer acerca de qué tan seguro era el barco, su contestación fue "…tan seguro que ni Dios lo puede hundir". Desgraciadamente, esta respuesta soberbia es la que impera en todos los campos y niveles humanos de la actualidad.

La Biblia dice:
“Profesando ser sabios, se hicieron necios” (Rom. 1:22).
“Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia” (Prov. 3:5).

“que cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán” (1 Tes. 5:3).

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