¿Es ejemplo de
salvación para nosotros hoy en día?
Por Bill H. Reeves
Por Bill H. Reeves
LA NARRACIÓN
NOVOTESTAMENTARIA
Mateo 27:44; Marcos 15:27, 32; Lucas 23:39-43
Mateo y Marcos nos narran que dos ladrones, o
malhechores, fueron crucificados juntamente con Jesús. Mateo nos dice que los dos injuriaban a
Jesús. No obstante, Lucas nos relata que
uno de los dos se arrepintió de su mala actitud de corazón, pues reprendió al
otro que seguía injuriando a Jesús. Este
hombre arrepentido reconoció la inocencia de Jesús, al confesar que él y el
otro estaban sufriendo lo que sus malos hechos merecieron. Se acordó de su temor a Dios. Creyó que Jesús tenía un reino y que vendría
en él después de la muerte. Mostró
grande fe. “Acuérdate de mí cuando
vengas en tu reino.” Entonces Jesús le
dijo, “De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso.” Según el uso de la palabra “paraíso” en el
Nuevo Testamento, hemos de entender que su alma estaría aquel día en reposo al
encontrarse en el estado llamado Hades, éste siendo el lugar de espíritus fuera
del cuerpo.
EL ARGUMENTO
FAVORITO
Por largo tiempo los protestantes, que afirman que
la salvación es por la fe sola, han negado la necesidad de que la persona se
bautice para recibir el perdón de sus pecados, con referirse al caso del ladrón
en la cruz. “No fue bautizado,” dicen,
“pero sí fue salvo.” Nos dicen que
deberíamos querer ser salvos como él fue salvo.
El oyente muchas veces queda bien impresionado por este argumento. “Es cierto,” piensa, “no fue bautizado, sin
embargo fue salvo. Por consiguiente,
tampoco tengo yo que ser bautizado.”
¿SON CONSECUENTES
AL HACER TAL ARGUMENTO?
Si este argumento tan sobresaliente según ellos
tiene validez, ¿por qué no lo aplican a otros mandamientos de Dios para esta
última dispensación? Por ejemplo, ¿por qué no decir, “No tomaba la Cena del
Señor, pero sí fue salvo; por eso no tenemos que tomar la Cena del Señor”? Otra vez, “No ofrendaba cada domingo, pero sí
fue salvo; por eso no tenemos que ofrendar cada primer día de la semana.”
Luego, “No era llamado cristiano, pero sí fue salvo; por eso no tenemos que
llevar el nombre de Cristo”.
CONFUNDIR LA
CUESTION
La sutileza de este argumento tan falso se ve en que
el que lo hace no “usa bien la palabra de verdad” (2 Tim. 2:15). Notemos lo que hace el falso maestro:
(1) Ignora la distinción entre los dos Testamentos, siendo el primero el Antiguo Testamento y el
segundo el Nuevo Testamento (Hebreos 8:6-13; 9:15-17). El ladrón en la cruz
vivió y murió bajo el Antiguo Testamento (pues el Nuevo no fue establecido
hasta que hubiera muerto Jesucristo). El bautismo, presentado en el evangelio
de Cristo, es mandamiento del NUEVO TESTAMENTO, el cual no estaba en vigor
antes de la cruz de Cristo.
(2) Ignora que el bautismo en el nombre de
Jesucristo no había sido ordenado por Cristo antes de su muerte en la cruz. Esta ordenanza fue dada por primera vez después de
la resurrección de Cristo, y poco antes de su ascensión a los cielos (Mateo
28:18-20; Marcos 16:15,16). Como antes
de la muerte de Cristo no se le mandó a nadie hacer ofrenda cada domingo, ni
tomar la Cena del Señor, tampoco se le mandó ser bautizado en el nombre Jesús
para perdón de los pecados.
(3) Ignora
otros casos en Mateo, en Marcos, en Lucas, y en Juan, en que creyeron personas,
pero que no fueron salvas por su fe sola. ¿Por qué no citar el caso del
joven rico, a quien le faltaba nada más vender sus posesiones, y seguir a
Cristo? (Mateo 19:16-22). ¿Por qué no citar el caso de los gobernantes
que creyeron en Cristo, según la referencia en Juan 12:42,43? ¿Fueron salvos estos? Según Santiago (2:19),
aun los demonios creen, y tiemblan. ¿Están salvos por eso?
(4) Ignora que
las narraciones de Mateo, Marcos, Lucas y Juan no tienen por propósito darnos
ejemplos de casos de conversión bajo el evangelio de Cristo, sino darnos evidencias para producir fe en Jesús de
Nazaret, quien es Dios venido en la carne (Juan 20:30,31). El libro del Nuevo Testamento que Dios diseñó
como libro de ejemplos de casos de conversión es
HECHOS, el quinto libro del Nuevo Testamento.
(5) Ignora
que la GRAN COMISIÓN, dada a los apóstoles de Cristo de ir por todo el mundo a
predicar el evangelio, no fue dada antes de la muerte de Jesús, sino hasta
después. El ladrón en la cruz nunca oyó los términos de la
Gran Comisión. Nadie los oyó antes de la resurrección de Jesús. El argumento hecho respecto al ladrón en la
cruz, considerado de muchos como tan efectivo y persuasivo, y diseñado para
negar la importancia del bautismo en el nombre de Jesucristo, para perdón de
los pecados, ¡no toca la cuestión de COMO SER SALVO el pecador inconverso en
esta dispensación del evangelio!
EL LADRÓN Y EL
NUEVO TESTAMENTO
Todo el mundo debe saber que la Biblia consta de DOS
Testamentos: el Antiguo y el Nuevo. El Antiguo Testamento (la Ley de Moisés)
fue dado a los judíos solamente, y duró desde que se dio la Ley de Moisés en el
monte Sinaí hasta la cruz de Cristo, o sea casi 1500 años. Era el testamento o
acuerdo hecho por Dios con su pueblo escogido, los judíos. Sirvió su propósito
de llevar los judíos a Cristo (Gálatas 3:19-25), y luego fue cambiado (Hebreos
7:12; 8:6-13; Colosenses 2:14; Efesios 2:14,15). El Nuevo Testamento, o acuerdo de Dios hecho
con todos los hombres, y no solamente con los judíos, fue hecho posible a
precio de la sangre de Cristo (Mateo 26:28; Hebreos 13:20). Fue inaugurado el Nuevo Testamento cuando el día
de Pentecostés fueron predicados los requisitos del evangelio por primera vez
(Hechos capítulos 2). (El día de Pentecostés llegó cincuenta días después de la
crucifixión de Jesús).
Cristo resucitó de los muertos y por unos cuarenta
días apareció en diferentes ocasiones a sus discípulos. Entonces apareció a sus
apóstoles por última vez, y les comisionó a ir por todo el mundo a predicar el
evangelio a toda criatura, diciéndoles que el que creyera y fuera bautizado
sería salvo (Marcos 16:15,16). En esta ocasión el bautismo, para perdón de los
pecados, fue ordenado por primera vez. Este evento sucedió unos cuarenta días
después de ser crucificado Jesús. Unos diez días después de eso, por primera
vez predicaron los apóstoles los requisitos del evangelio aquel día de
Pentecostés (Hechos 2).
El ladrón en la cruz murió antes de ser establecido
el Nuevo Testamento del cual es parte el bautismo en el nombre de
Jesucristo. ¡Con razón él no fue
bautizado en Cristo!
EL BAUTISMO SEGÚN
ROMANOS 6:3-5
Se le suplica al lector leer ahora este pasaje. Según dicho texto el bautismo introduce al
bautizado en la muerte de Cristo, siendo sepultado él juntamente con Cristo.
Además, el bautizado es resucitado en la semejanza de la resurrección de
Cristo. Siendo así el caso, ¡era imposible que el ladrón fuera bautizado en
Cristo! ¡Todavía no había muerto Cristo, cuanto menos resucitado! Pero nosotros
sí podemos ser bautizados en Cristo, porque vivimos bajo el NUEVO Testamento, que manda el bautismo en Cristo. Cristo ya ha muerto y resucitado de los
muertos, y por eso podemos ser bautizados en su muerte, según Romanos 6.
EL BAUTISMO Y EL UN
CUERPO
1 Corintios 12:13 dice, “Porque por un solo Espíritu
fuimos todos bautizados en un cuerpo…” El “un cuerpo” es la iglesia de Cristo
(“la iglesia, la cual es su cuerpo”—Efesios 2:22,23). Cuando uno es bautizado en Cristo, es
bautizado en el cuerpo de Cristo, que es la iglesia de él. Ahora, el ladrón en
la cruz no pudo ser bautizado en el cuerpo de Cristo, o sea en su iglesia, porque
la iglesia todavía no existía, pues fue comprada a precio de la sangre
derramada de Cristo (Hechos 20:28). Pero nosotros, que vivimos de la muerte de
Cristo para acá, sí podemos ser bautizados en su cuerpo, que es su iglesia,
porque la iglesia ahora existe, gracias a la muerte de Cristo en la cruz. Con razón leemos que Dios “añadía cada día a
la iglesia los que habían de ser salvos” (Hechos 2:47), porque cada día iba
gente obedeciendo al evangelio, siendo bautizada en Cristo Jesús, según el
mandamiento del evangelio en la Gran Comisión.
LA IMPORTANCIA DEL
BAUTISMO
La falsa doctrina respecto al ladrón en la cruz se
propaga para quitarle al bautismo bíblico su importancia, y para dar toda la
importancia a la fe sola. Pero dejemos que las Escrituras hablen:
- ES MANDAMIENTO—Hechos 10:48, “Y mandó bautizarles.”
- ES PARA SALVACIÓN —Marcos 16:16, “El que creyere y fuere bautizado será salvo.” 1 Pedro 3:21, “El bautismo….nos salva.”
- ES PARA REMISIÓN DE PECADOS — Hechos 2:38, “Arrepentíos y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados.”
- ES PARA LAVAR LOS PECADOS — Hechos 22:16, “Levántate y bautízate, y lava tus pecados.” ES PARA ENTRAR EN EL REINO DE DIOS —Juan 3:5, “…el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.”
- ES PARA REVESTIRSE UNO DE CRISTO -Gálatas 3:27, “todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos.”
- ES PARA SER SEPULTADOS Y RESUCITADOS CON CRISTO, y ANDAR EN NOVEDAD DE VIDA —Romanos 6:3-5,” ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva. Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección.”
EL LADRÓN NO ES
EJEMPLO
El ladrón en la cruz no es ejemplo de cómo ser salvo
uno hoy en día bajo el Nuevo Testamento. La narración del ladrón en la cruz sí
se encuentra en tres libros del Nuevo Testamento, pero esos libros narran
eventos que sucedieron bajo el ANTIGUO Testamento. El propósito principal de
estos libros del Nuevo Testamento es hablarnos de la vida y hechos de Jesucristo,
para producir fe en él. Pero para saber qué hacer para llegar a ser cristiano,
la persona debe ir al quinto libro del Nuevo Testamento, a HECHOS, porque es el
libro que tiene el propósito de darnos ejemplos de cómo hombres y mujeres de
todas las naciones fueron convertidos a Cristo. Allí vemos que en cada caso de
conversión, ¡la persona fue bautizada!