¿Jehová Dios había engañado al pueblo?



Por Josué I. Hernández


En uno de los sermones del profeta Jeremías, predicado durante el reinado del buen rey Josías, y esto lo podemos deducir porque no se observa oposición a su predicación (aproximadamente entre el 627 y 609 A.C.) Jeremías dijo: Y dije: ¡Ay, ay, Jehová Dios! Verdaderamente en gran manera has engañado a este pueblo y a Jerusalén, diciendo: Paz tendréis; pues la espada ha venido hasta el alma (Jer. 4:10).

¿Notó lo que dijo el profeta Jeremías respecto a la acción de Jehová Dios? en gran manera has engañado a este pueblo”. Sí, el engaño que se estaba manifestando daba a conocer la obra de Dios. Enseguida explicaremos esto.


Explicación y aplicación:
  • Evidentemente, Jeremías atribuye a Jehová las palabras engañadoras predicadas en Jerusalén: ¡Ah Jehová, Señor! ciertamente has del todo engañado a este pueblo (Jer. 4:10, VM).
  • Sin embargo, Jeremías especifica claramente que estas palabras engañosas salían de sacerdotes y profetas del error: “Porque desde el más chico de ellos hasta el más grande, cada uno sigue la avaricia; y desde el profeta hasta el sacerdote, todos son engañadores. Y curan la herida de mi pueblo con liviandad, diciendo: Paz, paz; y no hay paz” (Jer. 6:13,14). Otros pasajes del libro de Jeremías, que señalan la acción perniciosa de estos falsos profetas son: 5:12; 8:10-11; 14:13; 23:17.
  • Entonces, aquí tenemos otro ejemplo de que “Dios hace lo que permite”. Jeremías 4:10 debe ser interpretado a la luz de 1 Reyes 22:19-23, Ezequiel 14:1-11 y 2 Tesalonicenses 2:8-12, entre otros, los cuales especifican que lo que Dios permite lo hace para llevar adelante sus santos y divinos propósitos usando a veces a hombres corruptos sin que estos lo sepan.
  • El pueblo de Judá tenía mala actitud hacia la verdad de Dios, simplemente la aborrecían. Por lo tanto, el Señor castigó tal actitud permitiendo que falsos profetas predicaran al pueblo lo que este quería oír. Así pues, el pueblo con comezón de oír quedaba satisfecho con palabras que aliviaban su alergia (cf. 2 Tim. 4:3,4).
  • Los profetas del error no amaban la verdad. Dios no puso revelación alguna en sus corazones, ni vulneró su libre albedrío del pueblo. El mensaje que estos falsos predicaban era de ellos, no de Dios. Pero, Dios puede usar a hombres corruptos para lograr sus propósitos, castigando así la mala actitud general hacia la verdad.
  • Así también hoy, Dios permite a los que aborrecen la verdad el ser engañados por el error: “y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos. Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira, a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia” (2 Tes. 2:10,12).
  • Recuérdese, hay una verdad en el ámbito espiritual que es tan verdadera como las verdades aritméticas o físicas, esta es la verdad de Cristo (Jn. 8:31,32; 17:17; 1 Ped. 1:22-25).
  • Dios no se complace en aquellos que aborrecen la verdad, y el ejercicio de tantos falsos maestros hoy en día es prueba de ello.

Pasajes importantes respecto a la verdad de Cristo:
  • “Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad” (1 Tim. 2:4).
  • No os he escrito como si ignoraseis la verdad, sino porque la conocéis, y porque ninguna mentira procede de la verdad (1 Jn. 2:21).
  • Estas siempre están aprendiendo, y nunca pueden llegar al conocimiento de la verdad (2 Tim. 3:7).
  • y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos (2 Tes. 2:10).
  • En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa” (Ef. 1:13). 
  • a causa de la esperanza que os está guardada en los cielos, de la cual ya habéis oído por la palabra verdadera del evangelio (Col. 1:5).