Por Josué I. Hernández
¿Es correcta la expresión “ir a
la iglesia”? ¿Por qué?
No, no es
correcta esta expresión, porque los cristianos no “vamos a la iglesia” sino que
“nos reunimos como iglesia”.
La palabra griega traducida
“iglesia” es EKKLESIA: ¿Cristo originó esta palabra?
No, Cristo no
originó esta palabra, sino que utilizó un término que ya se usaba comúnmente
entre los griegos para describir una asamblea de gente que llamada se reunía
aparte.
¿Qué entendían los de habla
griega al oír la palabra “iglesia” (Hech. 19:32,39,41)?
Ellos
entendían el término “iglesia” como un grupo de individuos que llamados se
reunían para tratar algún asunto. Para
ellos el término denotaba una concurrencia, una congregación, una asamblea.
¿Por qué Jesucristo aplicó esta
palabra a sus discípulos?
Porque los
cristianos han sido llamados de las tinieblas del mundo a la luz del Señor, del
reino de las tinieblas al reino de Jesucristo.
¿En qué sentido hemos sido
“llamados” (1 Ped. 5:10)?
Hemos sido
llamados en un sentido moral y en un sentido espiritual por el evangelio de
Cristo.
¿Quién es el constructor y
dueño de la “iglesia” (Mat. 16:18)?
El
constructor y dueño de la iglesia es Jesús.
¿Cuál es la “roca” sobre la
cual fue edificada la iglesia (Mat. 16:13-20)?
La propia
Divinidad de Jesucristo como el Santo Hijo de Dios: Cristo es la “roca”
fundamental (Ef. 2:20).
¿Qué significa la frase:
“iglesia de Cristo”?
Significa que
la iglesia pertenece a Cristo, es decir: Cristo es el dueño de la iglesia.
¿Desde cuándo la “iglesia”
estuvo en la mente de Dios (Ef. 1:4)?
Desde la
eternidad, antes de la fundación del mundo.
¿Hay alguna diferencia entre la
“iglesia” y el “reino de los cielos” (Mat. 16:18,19)?
No, no hay
diferencia. Los cristianos como
“individuos” son la “iglesia” y como “gobierno” son el “reino”.
Cristo murió por todo el mundo
(Jn. 1:29; 3:16; 1 Jn. 2:2), pero: ¿Quiénes gozan de los beneficios de la
sangre de Cristo (Rom. 3:25; Hech. 20:28; Ef. 5:23,25)?
Los que gozan
de todas las bendiciones espirituales por la sangre de Cristo son la iglesia.
La iglesia no tiene poder para salvar,
pero: ¿Hay salvación fuera de la iglesia (Ef. 5:23)? ¿Por qué?
La iglesia no
tiene poder para salvación, Cristo salva solamente a la iglesia: Él es el
Salvador.
¿Qué ejemplo nos da Pablo en
Hechos 9:19,26,28?
Nos da el
ejemplo de procurar siempre relacionarnos con una congregación de cristianos,
buscando el reino de Dios primero.
¿A qué contribuyen las
asambleas de la iglesia (Heb. 10:24)?
Contribuyen a
ejercitar la “consideración” los unos con los otros, para “estimularnos” a
seguir adelante en el amor y las obras que Dios quiere ver en nuestras vidas.
¿Qué debemos procurar para
nuestros hermanos en los servicios de reunión (1 Cor. 14:26)?
Debemos
procurar la edificación de los demás, no sólo adorar a Dios.
¿Es pecado la indiferencia y la
negligencia hacia las reuniones de la iglesia (Heb. 10:25)? ¿Por qué?
Sí, es pecado,
porque no podemos acostumbrarnos a solucionar los problemas que se nos
presenten “faltando” a las reuniones de la iglesia.
¿Qué tan importante es su
asistencia a las reuniones de la iglesia?
Es muy
importante, demasiado importante para Dios y para los hermanos.
Muchos cristianos prefirieron
morir antes que negar su fe (Apoc. 2:10; 3:5) ¿Está usted dispuesto a morir con
tal de no faltar a las reuniones de la iglesia?
Sí, debo
estar dispuesto a morir antes que faltar a las reuniones de la iglesia, porque
no quiero separarme de Dios y del pueblo de Dios.
Cristo dio su vida por nosotros: ¿Es injusto si sufrimos
por amor a Él (2 Tim. 2:11,12)?
No, no es justo sufrir por amor a aquel que dio su vida por todo el mundo
y nos da la vida eterna.
¿Qué hará un cristiano maduro y
comprometido al ver que no podrá congregarse determinado día?
1. Esforzarse
por asistir a pesar de las dificultades, no rendirse.
2. Procurar
avisar a los hermanos que no podrá asistir para que la iglesia sepa.
3. Ver cuál
fue el problema que impidió su asistencia y solucionarlo para que no se presente
nuevamente el mismo problema.
4. Prepararse
durante la semana para evitar todo compromiso durante el tiempo de reunión.
¿Ha pecado usted “dejando de
congregarse”? Si su respuesta es
positiva: ¿Qué debe hacer para alcanzar el perdón de este grave pecado (Hech.
8:22; 1 Jn. 1:9)?
La
negligencia nunca es buena y es seña de que no se ha comprendido la importancia
de las reuniones como iglesia del Señor.
Siempre será
necesario arrepentirse de la negligencia pidiendo perdón a Dios para que la
sangre de Cristo nos lave de este pecado.
¿Qué cambios se compromete a
realizar para nunca más faltar a las reuniones de la iglesia?
Los cambios
que haya que realizar son necesarios ¡ya!
No se puede
esperar pensando que no ocurrirán más problemas. Las cosas no se solucionan
solas, es necesario que yo haga algo, debo esforzarme (Mar. 12:30).
¿Cuántas clases de personas hay en el mundo?
Dos clases (Mar. 16:16; Hech. 2:38;
11:26).
¿Cuántos
caminos y destinos hay para elegir?
Hay dos caminos cada uno con su
respectivo destino (Mat. 7:13-14).
¿Qué
es la “iglesia universal”?
Son todos los salvos en el mundo que por
la obediencia al evangelio se han separado del mundo y del pecado y están
unidos como hermanos en una relación espiritual con Dios (Mat. 16:18; Col.
1:18; Ef. 1:22; 5:25; Heb. 12:23). La
iglesia universal nunca se congrega, aun así, todo “salvo” en el mundo es
miembro de ella.
¿Qué
es la “iglesia local”?
La iglesia local es un grupo de
cristianos que se reúnen en determinada localidad conforme al modelo
novotestamentario; esta iglesia está compuesta de gente salva unida para llevar
adelante la misión para la cual han sido llamados (Hech. 8:1; 9:32; 11:25,26).
¿Es
uno siempre miembro de la congregación más cercana?
No, uno es miembro de la congregación
donde decide poner su membresía para servir a Dios y ser fiel allí junto a los
demás miembros de ésa congregación (Rom. 16:1-2; Hech. 9:19, 26-28).
¿Por
qué no debemos asociarnos con una denominación?
Porque las denominaciones son de
invención humana, no cumplen el deseo de Dios de reunir a las personas en
Cristo (Ef. 1:10). Todas las
denominaciones glorifican al hombre y promueven la división (Jn. 17:20-21).
¿Dónde
y cuándo tuvo principio la Iglesia Bautista Regular?
La primera Iglesia Bautista Regular
de que tenemos conocimiento tiene fecha del año 1607, y fue fundada en Londres
por un Sr. Smyth, quien había sido clérigo en la Iglesia Anglicana. Fue fundada
sobre los principios de los Bautistas Generales.
¿Dónde
y cuándo tuvo principio la Iglesia Bautista Particular?
En el año 1633, en Londres bajo la
dirección del Sr. Spilsbury.
¿Dónde
y cuándo tuvo principio la Iglesia Metodista?
El Metodismo lo comenzaron Carlos y
Juan Wesley. Este movimiento tuvo principio en forma de sociedades para
edificación mutua, la primera de éstas siendo organizada en el año 1729, pero
no alcanzó estado de existencia independiente como iglesia autónoma hasta el
año 1740 en Inglaterra.
¿Dónde
y cuándo tuvo principio la Iglesia Presbiteriana?
La Iglesia Presbiteriana tuvo su
origen en Escocia en el año 1557.
¿Dónde
y cuándo tuvo principio la iglesia de Cristo?
La iglesia de Cristo fue establecida
en Jerusalén, por Cristo mismo (Mat. 16:18; Hech. 2:38,41,47,42). No tiene “credo” sólo la Biblia.
Siempre que se predica el evangelio
se producen cristianos (Luc. 8:11; Mat. 13:19) y estos cristianos forman son la
iglesia (Hech. 2:47).
¿Cuántos
“cuerpos” tiene Cristo?
Cristo tiene un solo cuerpo, su
iglesia (Ef. 1:22,23; 5:23).
¿Quién
es la cabeza de la iglesia?
Cristo es la “cabeza” de la
iglesia. Cristo no dejó representante
terrenal de su autoridad (Mat. 28:18).
Cristo ejerce autoridad sobre su iglesia a través de su palabra (Jn.
12:48).
¿Cuál
es la relación de la “cabeza” con los “miembros”?
El oficio de la cabeza es gobernar y
controlar al cuerpo, y todo cuerpo funciona según mande la cabeza. Por eso la iglesia ha de mirar a Cristo para
recibir de él dirección en todo asunto de obra y adoración. La iglesia no es institución democrática, los
miembros no tienen derecho de gobernarse a sí mismos.
¿Cómo
puede uno aprovechar los beneficios de la muerte de Cristo?
Todos pueden aprovechar los
beneficios de la muerte de Cristo al salir del pecado y hallarse en la iglesia
por la cual Él se entregó (Hech. 20:28).
Solamente tienen promesa de salvación en Cristo los obedientes al
evangelio (Hech. 2:38,41,47; Ef. 5:23).
¿Dónde
se reconcilia la gente con Dios?
La necesidad absoluta de la
reconciliación con Dios es reconocida por todo cristiano. Esta reconciliación se lleva a cabo en el “un
cuerpo”, es decir, en la iglesia (Ef. 2:16).
¿Dónde
está la salvación?
Hallarse en Cristo es hallarse en su
cuerpo, la iglesia. El apóstol Pablo
afirma que los hermanos de Roma habían sido bautizados en Cristo (Rom. 6:3), y
luego afirma que eran "un cuerpo en Cristo" (Rom. 12:5).
Uno puede ser salvo solamente en el “cuerpo”
de Cristo, es decir en la iglesia de Cristo (2 Tim. 2:10; Ef. 5:23).
¿Cómo
y cuándo entramos en Cristo?
Entramos en Cristo por la obediencia
al evangelio (Gal. 3:26-27; Hech. 2:47), en este preciso instante entramos a la
iglesia de Cristo.
¿Qué
es “la casa de Dios” (1 Tim. 3:15)?
La casa de Noé era su familia (Heb.
11:7). La casa del carcelero era la
familia de él (Hech. 16:34). Se sigue,
pues, que la casa de Dios es la familia de Dios.
En sentido espiritual hay dos
familias en el mundo: la familia de Dios y la de Satanás. La familia de Dios se compone de sus
hijos. Si uno ha nacido de nuevo es hijo
de Dios y miembro de la familia de Dios.
En la iglesia hay salvación, porque al renacer (Jn. 1:12,13; 3:3,5; 1
Ped. 1: 23-25) entramos en la familia de Dios.
¿Cuál
debe de ser nuestra actitud hacia la iglesia?
Citando el libro: "Sana Doctrina" escrito por C.
R. Nichol y R. L. Whiteside: Detestable es aquel espíritu que
profesa reverencia por Cristo y se burla de su iglesia o habla de ella a la
ligera. Eso indica falta del respeto a
las cosas sagradas, y muestra ignorancia de la relación entre Cristo y su
iglesia.
Cuando Pablo perseguía a la iglesia,
perseguía a Cristo (Hech. 22:7). Hablar
ligeramente de la iglesia es tratar a Cristo con desprecio porque la iglesia es
el cuerpo de Cristo (Col. 1:18). No
puede uno reverenciar a Cristo y al mismo tiempo tener en poco a su cuerpo.
La iglesia es la esposa de Cristo (Ef.
5:25-32) y Él la ama más tiernamente que cualquier hombre jamás haya amado a su
esposa. La iglesia es el cuerpo
espiritual de Cristo, y él ama ese cuerpo más de lo que amó su cuerpo físico
aquí en la tierra.