Por Josué
I. Hernández
Una reunión de cristianas de diferentes congregaciones en sí no es mala, pero la organización y ejecución de semejante “reunión de damas” corresponde a las mujeres mismas, actuando como individuos, y no a una iglesia, o a varias iglesias, actuando corporativamente. Sería incorrecto, por lo tanto, llamar a dicha asamblea “reunión de damas de la iglesia de Cristo”, como un título oficial de la reunión. La iglesia en su sentido universal no tiene alguna reunión que hacer, y las iglesias locales no tienen alguna función orgánica que realizar.
Buscando la autorización
Conclusión