Por Josué I. Hernández
Si
el inconverso no obedece la ley del perdón del evangelio de Cristo, revelado en
el Nuevo Testamento, y sólo se somete a un bautismo “para perdón de pecados”,
tal bautismo no resultará efectivamente en el perdón de sus pecados.
Por ejemplo,
el bautismo “para perdón de pecados” anunciado en la doctrina unitaria de los
Sólo Jesús, es conforme a una doctrina desconocida en el Nuevo Testamento,
enfocada en otro Jesús. Un evangelio diferente (Gal. 1:6). Tal bautismo “para
perdón de pecados” no resulta efectivamente en el “perdón de pecados”, porque no
pone a la persona en contacto con la sangre del verdadero Cristo (Apoc. 1:5;
Hech. 22:16; Rom. 6:3-6). Algo similar podemos decir de los bautismos “para
perdón de pecados” de grupos adventistas, e incluso, de algunos grupos
pentecostales que no son unitarios, o del bautismo “para perdón de pecados” del
catolicismo. Algunas denominaciones están predicando una ley del perdón similar,
pero no están predicando la verdad del evangelio (Jn. 8:32; 17:17).
No creemos en
la regeneración bautismal. El bautismo sólo, por sí mismo, no salva, como
tampoco lo hace el oír solo, la fe sola, el arrepentimiento solo, o la confesión
sola. Cristo dijo que la salvación es precedida por la fe en el evangelio, y no
solamente por el bautismo (Mar. 16:15,16). El pecador debe creer y convertirse
(Hech. 11:21). Así también, Cristo mandó el arrepentimiento como requisito
previo al bautismo para salvación (Luc. 24:47), por tal razón, el pecador que
ha creído la palabra es instruido a arrepentirse, para luego bautizarse (Hech.
2:38,41). Pero, nada de esto sucederá si no se predica la palabra la cual
produce fe (Rom. 10:12-17; 1 Cor. 1:21). Sólo el evangelio de Cristo produce
cristianos (Luc. 8:11; 1 Ped. 1:23,25).
¿Será alguno
perdonado por algún bautismo, desligado de las otras condiciones del evangelio?
No hay patrón bíblico para predicar solamente el bautismo (Hech. 8:36,37), se
debe predicar el evangelio del reino (Hech. 8:12; cf. 19:8; 28:31).
Si el
propósito del bautismo es el correcto, pero la doctrina que procura el perdón es
errada, ¿podrá tal “bautismo” resultar efectivamente en el “perdón de pecados”?
Nadie puede ser mal enseñado y bien bautizado. El evangelio
debe ser obedecido (1 Ped. 4:17; 2 Tes. 1:6-9).
Hay una
relación íntima entre la doctrina bíblica y el bautismo bíblico, el cual es uno
(Ef. 4:5). El bautismo efectivamente “para perdón de pecados” será el resultado
de la fe verdadera, la cual es una (Ef. 4:5) y revelada una vez por todas (Jud.
3). Es “por la fe” que es en Cristo que el pecador alcanza el “perdón de
pecados” (Hech. 26:18). Sólo la verdad del evangelio salva al pecador (Jn.
8:32; Ef. 1:13; Sant. 1:18).
Una consecuencia
de la obediencia al evangelio de Cristo es la de ser añadidos al reino, el cual
es la iglesia del Señor. Pero, Cristo no murió por las denominaciones (Ef.
5:23; Hech. 20:28) ni reveló sus doctrinas sectarias (cf. 2 Jn. 9). Por tal
razón, se predica el evangelio del reino (cf. Hech. 8:12; 28:31), o la palabra
del reino (Mat. 13:19), para que sean añadidos a éste reino los que van siendo
salvos (Jn. 3:3,5; Hech. 2:47). El reino de Cristo no es una denominación (Col.
1:13; Mat. 16:18,19).
¿Cómo es
posible que alguien a quien no se le predicó el evangelio, o que no obedeció
todo el evangelio, alcance efectivamente el “perdón de pecados” solamente por
un bautismo?