Por Josué Hernández
Un atributo distintivo de los cristianos del
primer siglo fue su trabajo. Cada iglesia local fue motivada para realizar su
obra divinamente estipulada. Pero, ¿cuál es esta obra? Cuando consideramos el
registro del Nuevo Testamento, aprendemos que la iglesia tiene autorización para
trabajar en tres áreas.
Evangelización
La evangelización, como solemos llamarle, es
la acción de llevar las buenas nuevas a los perdidos, y la iglesia se dedica al
evangelismo apoyando a hombres fieles que se dediquen a la predicación de la
palabra (1 Cor. 9:14). Así, pues, la iglesia en Jerusalén envió a Bernabé a
Antioquía (Hech. 11:19-22). La iglesia en Filipos envió apoyo financiero a
Pablo para que se dedicase a la predicación (Fil. 4:14-18); y Pablo, por su
parte, recibió apoyo de otras iglesias para predicar a los corintios (2 Cor.
11:8,9).
Edificación
La edificación es la obra de predicación
específicamente dedicada al desarrollo, maduración, y construcción espiritual,
de los santos. Solemos indicar que el evangelismo es la enseñanza dirigida a
los que están afuera, en el mundo, mientras que la edificación es la enseñanza interna,
enfocada en la iglesia misma.
La iglesia del primer siglo fue edificada por
el uso de dones espirituales (cf. 1 Cor. 14:26) que revelaban la voluntad de
Dios (cf. 1 Cor. 2:9-14). Abundante provisión de Dios fue derramada (cf. Ef.
4:11-16). El ejercicio de tales dones proporcionó la revelación completa que
ahora tenemos en nuestro Nuevo Testamento. La Biblia es el medio usado hoy para
edificar a los santos (Ef. 4:12-16)
Benevolencia
La benevolencia es la acción de atender a las
necesidades de los santos por la iglesia local. Hay muchos ejemplos de esto en
las Escrituras. Así como el individuo fue responsabilizado de su deber familiar
(1 Tim. 5:16), la iglesia local fue motivada a llevar adelante este ministerio
de amor fielmente (cf. Hech. 11:27-30; Rom. 15:25-27; 1 Cor. 16:1,2).
Conclusión
La iglesia tiene un trabajo que realizar. Este
propósito para su existencia, ha sido divinamente estipulado. Por lo tanto,
estas áreas de trabajo, evangelismo, edificación y benevolencia, son las áreas
en las cuales la iglesia local está autorizada a trabajar. No hay autorización
para algún otro trabajo diferente a ésta función espiritual que Dios le ha
encargado a la iglesia local (1 Tim. 3:15).