Discusiones


Por Josué Hernández


Algunos hermanos son peleadores y contenciosos (2 Tim. 2:14-16); egoístas que no procuran la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz (Ef. 4:3). 
Otros, pelean para que no se pelee. No quieren sino la ausencia de toda discusión, sin discernir que son tan peleadores como aquellos a quienes señalan. 
Otros, son neutrales, y procuran una posición central, no veraz. Pero, su neutralidad hace mucho daño a la causa de Cristo (cf. Mat. 12:30). 

Para empeorar las cosas, el chisme y la detracción siguen usándose para fascinar corazones a una causa que no es la de Cristo.

Sin embargo, debemos contender por la fe (Jud. 3), pero sin ser contenciosos (2 Tim. 2:24). 
Nuestra motivación al discutir debe ser “la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz” (Ef. 4:3).
Las actitudes que necesitamos en toda discusión han de ser la humildad, la mansedumbre, y la paciencia (Ef. 4:2; 2 Tim. 2:24-26; 1 Ped. 3:15). Estas serán poderosas armas para vencer el mal con el bien y convencer a los de buena tierra.

En fin, buscamos la gloria de Cristo, no la gloria personal (2 Cor. 10:12, 18). Queremos llevar cautivos a la obediencia a Cristo (2 Cor. 10:5).

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