Manasés


Por Josué Hernández


“Y llamó José el nombre del primogénito, Manasés; porque dijo: Dios me hizo olvidar todo mi trabajo, y toda la casa de mi padre” (Gen. 41:51). 

José dijo esto, no porque Dios había borrado de su mente todo recuerdo, sino porque gracias a Dios ahora podía mirar al pasado sin dolor y extenderse al futuro con nuevos aires esperanza. 
Años de sufrimiento habían transcurrido, los planes de Dios seguían progresando, y José tenía a su primogénito en los brazos, “Manasés”, cuyo nombre significa “el que hace olvidar”.

Nunca podremos olvidar todas aquellas cosas que han marcado nuestro pasado. Pero, por la gracia de Dios, podemos recordar sin dolor y extendernos hacia el futuro con esperanza. 
Lo único que necesitaríamos es un “Manasés” en nuestras vidas. Quien provea un punto de inflexión, y que genere tal cambio, que podamos ser librados de la culpa legal y emocional del pecado.

Sólo Jesucristo provee redención y perdón, y motivos suficientes para vivir con gozo y esperanza, porque Dios, en Cristo, nos da la maravillosa oportunidad de comenzar de nuevo.

A su vez, Jesucristo, por medio de su palabra, proporciona paz celestial para todos sus discípulos. Él dijo, “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo” (Jn 14:27). “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo” (Jn. 16:33).

Entradas que pueden interesarte