Por Josué Hernández
“Porque donde
están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos”
(LBLA).
Leyendo este conocido pasaje de la Escritura, ampliamente citado,
preguntamos: ¿Qué tipo de reunión es esta? ¿Por qué se han juntado los “dos o
tres”? ¿Por qué han de ser “dos o tres”, y no “cuatro o cinco, o más”?
Hermanos citan este pasaje a menudo procurando justificar todo tipo de
reuniones, en todo tipo de circunstancias, y para todo tipo de personas. Sin
embargo, el pasaje es muy específico, y autoriza cierta cosa particular y
específica. Los detalles del contexto no pueden ser obviados. Cristo dijo “dos
o tres”, reunidos para una cosa particular.
Podemos hacer otras preguntas: ¿En qué contexto fue dicha la
declaración? ¿Encontramos en Mateo 18:20 la autorización de Cristo para todo
tipo de reuniones? Si “dos o tres” en todo tipo de circunstancias pueden ofrendar
y participar de la cena del Señor, tenemos aquí un versículo que abre una
compuerta a toda suerte de insubordinación a declaraciones expresas, mandamientos
directos y ejemplos aprobados respecto a la cena del Señor y la colecta dominical.
Contexto
Entendemos que el contexto es el entorno, es decir, el
conjunto de circunstancias que rodean, en este caso, la declaración del Señor.
Para entender Mateo 18:20 debemos poner atención al contexto:
“Por tanto, si tu hermano peca contra ti, vé y repréndele estando tú y
él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano. Mas si no te oyere, toma aún
contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos
conste toda palabra. Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y
si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano. De cierto os digo que
todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis
en la tierra, será desatado en el cielo. Otra vez os digo, que si dos de
vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que
pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos. Porque donde
están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en
medio de ellos” (Mat.
18:15-20, énfasis mío, jh).
Según aprendemos del relato registrado por Mateo, en esta enseñanza de
Cristo a sus apóstoles, los involucrados son un ofendido, un ofensor, dos o
tres testigos y la iglesia local.
Aprendemos que la acción se desencadena debido al pecado del ofensor, y
el progreso de las acciones son reguladas por Cristo quien autoriza la
disciplina si no hay arrepentimiento.
Los apóstoles debían enseñar esto, y lo hicieron (“enseñándoles que
guarden todas las cosas que os he mandado”, Mat. 28:20).
Entendemos, por lo tanto, que el Señor, en Mateo 18:20, especifica a
“dos o tres” que están reunidos por un caso de disciplina atestiguando hacia la
iglesia local.
Aplicación
La aplicación es indicada por el contexto, y aprendemos que los reunidos
no son autorizados para otra cosa que la especificada. El pasaje no puede
aplicarse a todo tipo de reuniones en todo tipo de circunstancias, y para todo
tipo de personas.
Si queremos hallar autorización para reuniones aparte de la asamblea
local, en circunstancias como la presente pandemia, debemos ir a otros pasajes,
y estudiar si es que hay autorización (por declaración, mandamiento, ejemplo o
implicación) para participar de la cena del Señor aparte de la asamblea local
reunida (cf. Hech. 20:7; 1 Cor. 11:18,20), o si es que hay autorización para
continuar sosteniendo la obra de la iglesia enviando la ofrenda dominical al
tesorero (cf. 1 Tim. 3:15; 1 Tes. 1:8; 1 Cor. 16:1,2).