Por Josué Hernández
Conocimiento: ¿Eres un
entendido de la voluntad del Señor (Ef. 5:17)? ¿Comprendes la voluntad del Señor
al punto de que nadie te engañe con argumentos persuasivos (Ef. 4:14; Col.
2:4)?
Fe: ¿Estás fundado y firme
en la fe, y sin moverte de la esperanza del evangelio que has oído (Col. 1:23)?
¿Es tu fe suficiente para apagar los dardos de fuego del maligno (Ef. 6:18)?
Sabiduría: ¿Eres capaz de
discernir con claridad entre el bien y el mal (Heb. 5:14)? ¿Puedes distinguir aquello
que te es lícito pero no conveniente (1 Cor. 6:12)? ¿Andas como sabio
aprovechando bien el tiempo (Ef. 5:15,16)?
Valor: ¿Estas siempre
dispuesto a confesar tu fe en Cristo como tu Señor (Mat. 10:32,33)? ¿Reprendes
las obras infructuosas de las tinieblas (Ef. 5:11)? ¿Podemos contar contigo
como un cristiano siempre alerta, firme en la fe, maduro y fuerte (1 Cor. 16:13)?
Compasión: ¿Ayudas a otros
como lo hizo el buen samaritano (Luc. 10:33-36)? ¿Estás buscando a los perdidos
para que sean salvos (Luc. 19:10)? ¿Eres benigno, misericordioso y de corazón
perdonador (Ef. 4:32)?
Ejemplo: ¿Podrías decir “Sigan
mi ejemplo” (1 Cor. 11:1)? ¿Procuras hacer todas las cosas honradamente ante
los ojos de Dios y de los hombres (2 Cor. 8:21)? ¿Resplandeces en medio de esta
generación maligna y perversa como luminar en el mundo (Fil. 2:15)?
Humildad: ¿Recibes con humildad
la palabra de Dios que puede salvar tu alma (Sant. 1:21)? ¿Consideras a los
demás como superiores a ti (Fil. 2:3)?
Determinación: ¿Eres
firme, inamovible, constante, en la obra del Señor (1 Cor. 15:58)? A pesar de
las circunstancias difíciles, ¿continúas avanzando al premio del supremo
llamamiento de Dios en Cristo Jesús (Fil. 3:14)?
A propósito, ¿eres un cristiano (Mat.
28:18-20; Hech. 11:26; 26:28; 1 Ped. 4:16)?