Por Josué Hernández
Esta es una de las frases más citadas
y repetidas por estudiantes de la Biblia en general, y se ha usado para condenar
toda suerte de cosas, y a la vez, para aprobar muchas otras; pero, ¿qué significa?
Con el presente artículo, queremos aprender a qué se refería
Pablo cuando escribió a Tito, “Todas las cosas son puras para los puros” (Tito
1:15).
El problema en
Creta
Era necesario corregir lo
deficiente, estableciendo ancianos (Tito 1:5). Estos ancianos podrían “exhortar
con sana enseñanza y convencer a los que contradicen” (v.9) y “tapar la boca”
(v.11) incluso a “contumaces y habladores de vanidades” (v.10).
Serios problemas ocasionaban en
Creta (Tito 1:5) hombres corruptos de entendimiento, incapaces de ser
persuadidos, y fanatizados por cosas que no convienen (v.10,11). Había judíos
entre ellos que compartían el mismo carácter, “mayormente los de la circuncisión”.
Entonces, para establecer su
afirmación anterior, el apóstol Pablo citó las palabras de Epiménides (600
A.C.), un cretense famoso que había denunciado el carácter de sus compatriotas
(v.12). Así se comportaban los cretenses, “siempre mentirosos, malas
bestias, glotones ociosos”. Esta era la vana manera de vivir de ellos (cf.
1 Ped. 1:18),
Los cretenses eran reconocidos
como “hombres que se entregaron por completo a la sensualidad, la ociosidad y
la gula, siendo depravados y sin pensar en la espiritualidad, la moralidad o la
rectitud” (J. B. Coffman).
“Aun los poetas paganos se reían
de los cretenses por afirmar que el sepulcro de Júpiter estaba en su isla”
(W. Partain).
Pablo, entonces, instruyendo a
Tito agregó, “Este testimonio es verdadero; por tanto, repréndelos
duramente, para que sean sanos en la fe” (Tito 1:13).
La doctrina de los judaizantes en
Creta era corrupta, y no “sana enseñanza” (v.9). Esta falsa doctrina consistía
en “fábulas judaicas” y “mandamientos de hombres” (v.14) “cuestiones
necias, y genealogías, y contenciones, y discusiones acerca de la ley” (3:9).
“se debe notar la conexión judía
de los falsos maestros. El problema no se derivó de un gnosticismo de fines del
siglo primero, sino del judaísmo militante, una militancia que desapareció por
completo después de la destrucción del templo en el año 70 D.C.” (J. B. Coffman).
Los santos de Creta no debían
atender a tales “mandamientos de hombres” (v.14) para no ser cautivados
por el error de ellos. Los judaizantes afirmaban que no “todas las cosas eran
puras”, una contradicción de la doctrina de Cristo (Tito 1:15; cf. Mar. 7:14-23;
Hech. 10:15).
“Todas las cosas son puras”
“Todas las cosas son puras para los puros, mas para los corrompidos e incrédulos nada les es puro; pues hasta su mente y su conciencia están corrompidas. Profesan conocer a Dios, pero con los hechos lo niegan, siendo abominables y rebeldes, reprobados en cuanto a toda buena obra” (Tito 1:15,16).
Las “cosas” de este versículo no
son las cosas malas, es decir, cosas prohibidas por la ley de Cristo (1 Cor.
9:21). Tampoco son “todas las cosas que alguno pueda decir, hacer, ver, o encontrar
en el mundo”. Cuando Pablo dice “Todas las cosas son puras” se refiere a
objetos en general, y particularmente a los alimentos (cf. Mar. 7:3,4; Luc.
11:39,40; Rom. 14:14,20).
“Desde luego, no está diciendo
que todas las cosas inmorales son puras para los puros. Este texto está mal
usado. Es usado por hermanos mundanos para decir que sus prácticas mundanas no
son malas en sí, sino que algunos predicadores tienen mentes impuras y que por
eso para éstos son cosas malas. Se usa especialmente para defender chistes
sucios, la falta de modestia, etc. Aunque sea sucio el chiste dicen que está
bien si la gente no tiene mente sucia. O dicen que la prenda vergonzosa de la
mujer no tiene nada que ver, sino que la mente del predicador es impura y por
eso para él es impura. También así hablan del baile y otras cosas” (W.
Partain).
“La frase "todas las
cosas" se refiere en particular a la cuestión de carnes. Los judaizantes
todavía insistían en que ciertas carnes no eran limpias, no admitiendo que la
Ley de Moisés fue quitada, la que prohibía ciertas carnes. Pero nunca eran
inmundas en sí, sino que fueron hechas así ceremonialmente por la Ley temporal
de Moisés. En sí toda carne es pura, o limpia… Para el cristiano, toda carne es
limpia, o propia, para comer, pero los judaizantes (como también los ascéticos
y ciertos conversos del paganismo) consideraban equivocadamente que ciertas
carnes quedaban prohibidas. Véanse
1Tim. 4:1-5; Rom. 14:1-6; Rom. 14:20-23; 1Cor. 10:14-33” (B. H. Reeves).
Conclusión
Es el corazón el que debe ser
purificado para que Dios acepte nuestra vida y se agrade de nuestra conducta (Prov.
4:23). Sin embargo, cuando alguno rechaza el evangelio de Cristo, sus juicios
morales corrompidos distorsionarán ante sus ojos la realidad. Es decir, cuando
la mente es corrupta no puede dirigir a la conciencia (cf. 1 Tim. 1:5; 1 Ped. 3:16), ni la conciencia puede
advertir a la persona de su mala conducta para con Dios y su prójimo (cf. 1 Tim. 1:19,20).
“Los que tienen mentes sucias
toman las cosas más hermosas y las cubren con una impureza indecente. Es como
ver todo a través de lentes sucios… Los judíos tenían miles de reglas. Casi
todo era marcado y señalado como impuro, comidas, el cuerpo, el matrimonio, los
instintos normales, todos eran malignos. Había largas listas de pecados. Era
pecado tocar esto o aquello (Col. 2:20). Era pecado comer esto o aquello. Llegó
a ser pecado casarse y tener hijos. Convertían cosas inocentes en pecados. ¿Y
cómo les afectó toda esta súper religiosidad? Sólo les hizo más orgullosos e
hipócritas; es decir, en lugar de hacerles más aceptables delante de Dios, sólo
aumentaban su depravación” (W. Partain).
Así como ayer, también hoy, esta
clase de maestros, “Profesan conocer a Dios, pero con los hechos lo niegan,
siendo abominables y rebeldes, reprobados en cuanto a toda buena obra”
(Tito 1:16).