Por Josué Hernández
“Por esta razón dice: Despierta, tú que duermes, y levántate de entre los muertos, y te alumbrará Cristo” (Ef. 5:14, LBLA).
Algunos piensan que Pablo estaba
adaptando libremente Isaías 60:1 para citarlo a los Efesios; otros, creen que
el apóstol citaba un himno antiguo. Independientemente de esto, el punto de
Pablo es claro. Los que están dormidos deben despertar y dejar que el Hijo de
Dios les ilumine.
Pablo deseaba que todos los
efesios vivieran como luz en el Señor, exponiendo el mal tanto en sus palabras
como en su ejemplo, “porque antes erais tinieblas, pero ahora sois luz en el
Señor; andad como hijos de la luz” (Ef. 5:8).
Llegado el momento, algunos
cristianos necesitan ser amonestados a despertar. Pablo también escribió a los
romanos, “Y haced todo esto, conociendo el tiempo, que ya es hora de
despertaros del sueño; porque ahora la salvación está más cerca de nosotros que
cuando creímos” (Rom. 13:11).
De manera similar, Jesucristo
dijo a la iglesia en Sardis, “Ponte en vela y afirma las cosas que quedan,
que estaban a punto de morir, porque no he hallado completas tus obras delante
de mi Dios” (Apoc. 3:2, LBLA).
Dormir espiritualmente es mucho más
grave como el sueño de Eutico, quien “rendido de un sueño profundo… vencido
del sueño cayó del tercer piso abajo, y fue levantado muerto” (Hech. 20:9).
Por lo tanto, si alguno está
participando en comportamientos o actitudes de las tinieblas, debe despertar
ahora. Si alguno ha perdido el entusiasmo o se ha vuelto ocioso, debe despertar
ahora. Simplemente, todo aquel que esté dormido, debe despertar para ser
iluminado por Cristo.
“Por esta razón
dice: Despierta, tú que duermes, y levántate de entre los muertos, y te alumbrará
Cristo” (Ef. 5:14, LBLA).
