Un embarazo fatal

 
Por Josué Hernández

 
Mucho se habla del “embarazo no deseado”, y medidas se toman para evitarlo, y si no, para concluirlo. Sin embargo, hay un embarazo que puede pasar inadvertido, y que no solo afecta a las mujeres, sino también a los varones. La Biblia dice: “He aquí, el impío concibió maldad, se preñó de iniquidad, y dio a luz engaño” (Sal. 7:14; cf. Is. 59:4).
 
Cada uno de nosotros debe preguntarse, ¿estoy en la situación del impío aquí descrito? Semejante embarazo es fatal, tal como lo ilustró David: “Pozo ha cavado, y lo ha ahondado; y en el hoyo que hizo caerá. Su iniquidad volverá sobre su cabeza, y su agravio caerá sobre su propia coronilla” (Sal. 7:15,16).
 
“Su pecado seguirá el curso familiar de concepción, embarazo, parto y muerte. El enemigo primero concibe un complot para destruir al salmista. De pronto en su preñez maligna se encuentra lleno de ideas malas. Entonces, da a luz sus planes traicioneros y malvados. Pero, para su sorpresa, le sale el tiro por la culata. El malo cae en su propia trampa, y todo el mal y la violencia que él había planeado para el salmista vuelve sobre su propia cabeza. Es una ironía inexplicable de circunstancias” (W. MacDonald).
 
Deténgase para una adecuada autoevaluación. ¿Está concibiendo maldad contra su prójimo? ¿Se ha preñado de maldad su corazón contra algún enemigo? No permita que la amargura, rivalidad, celos, resentimiento, etc., sean la motivación de su vida. Cuanto más tiempo permita que su corazón sea como un útero para tales cosas, usted estará siendo consumido desde dentro mientras cava su propia tumba.

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