Proverbios: Una guía hacia la sabiduría

 


Por Josué Hernández

 
El caminar del cristiano ha de ser uno de sabiduría: “Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor” (Ef. 5:15-17).
 
El tiempo es fugaz y los días son malos, por lo tanto, necesitamos sabiduría para hacer el mejor uso posible de nuestro tiempo, mientras contemplamos con estupor como demasiadas personas pierden su tiempo y su vida por falta de sabiduría.
 
Dios nos ha dado su palabra, la Biblia, para equiparnos para toda buena obra (2 Tim. 3:16,17). Mediante su palabra, Dios nos brinda todos los consejos que necesitamos para el diario vivir. De hecho, muchos de estos consejos de Dios están en el libro Proverbios.
 
“Ningún hombre puede llegar a ser verdaderamente sabio, si no comienza con Dios, la fuente de la sabiduría; y aquel cuya mente está influenciada por el temor y el amor de Dios, aprenderá más en un mes que otros en un año” (Adam Clarke).
 
Sin duda alguna, el libro Proverbios es una fuente de gran sabiduría, y queremos animar a todos a beber de esta fuente en sus esfuerzos por andar sabiamente.
 
El propósito del libro Proverbios
 
El propósito general del libro es declarado en los primeros seis versículos (Prov. 1:1-6). Brevemente, leemos que Proverbios ha sido compuesto para darnos sabiduría (v.2), para ayudar al simple y al joven (v.4), para ayudar, incluso, al sabio (v.5), y para que el lector cuidadoso aprenda a reconocer y entender el lenguaje figurado (v.6). En fin, Dios ha preservado este libro para darnos una cosa: Sabiduría.
 
La definición de sabiduría
 
“La sabiduría es la percepción sobre las causas subyacentes y la importancia o consecuencia de las cosas, percepción que le permite a uno aplicar de la mejor manera el conocimiento que tiene” (Homer Hailey). “…es la ciencia divina mediante la cual los hombres pueden discernir su mejor fin y saber cómo perseguirlo por los medios más adecuados” (Adam Clarke). “es la capacidad de utilizar el conocimiento correctamente” (J. V. McGee). “es el conocimiento y la capacidad (habilidad) de tomar las decisiones correctas en el momento oportuno” (Vine).
 
“Para el pensamiento hebreo, la sabiduría no era un simple conocimiento, sino la aptitud para vivir una vida piadosa como Dios quiere que el hombre la viva (cf. Deut. 4:5-8)” (J. F. MacArthur).
 
Una ilustración: Su jefe, esposa, o hermano en Cristo, le contesta mal, y ahora, usted podría reaccionar de diferentes formas. Podría replicar de la misma manera. Podría no hacer nada, y comenzar el chisme. Podría reaccionar con una respuesta suave y amable: “La blanda respuesta quita la ira; mas la palabra áspera hace subir el furor” (Prov. 15:1). La sabiduría es aquella percepción que ayuda a decidir qué es lo mejor que podrías hacer en semejante caso.
 
El valor de la sabiduría
 
Los primeros nueve capítulos del libro Proverbios son en realidad discursos que ensalzan el valor e importancia de la sabiduría. La virtud de la sabiduría se contempla en la vida próspera que puede producir (Prov. 3:13-18).
 
El valor de la sabiduría también se encuentra en protegernos contra muchas trampas dispersas por ahí (Prov. 3:21-26), por ejemplo: El compañerismo malvado (1:10-19). La mujer inmoral (5:1-14). La pereza (6:6-11). La ira (16:32). El chisme (20:19). La mentira (6:16-19). La deuda (22:7). El despilfarro (21:20). La glotonería (23:2,20,21; 25:16,28)
 
El valor del libro Proverbios
 
La sabiduría se obtiene normalmente a través de una de dos fuentes: A través de años de “ensayo y error” (el camino de la mayoría), o a través de la experiencia de otros (un camino mejor).
 
No obstante, la forma superior de ganar sabiduría es aprender de la Biblia. Por lo tanto, en lugar de años de ensayo y error, debemos ir directamente a la revelación de Dios en su palabra (cf. Sal. 19:7).
 
Conclusión
 
Tenemos un tesoro de sabiduría esperándonos en el libro Proverbios. Ahora bien, si reconocemos su valor, ¿cuál ha de ser nuestra reacción? Ciertamente, la reacción determina la estima que le hemos dado a este mensaje de Dios.
 
Por supuesto, ninguna discusión sobre la sabiduría puede estar completa sin aprender de Jesucristo. Él dijo: “La reina del Sur se levantará en el juicio con esta generación, y la condenará; porque ella vino de los fines de la tierra para oír la sabiduría de Salomón, y he aquí más que Salomón en este lugar” (Mat. 12:42).
 
El apóstol Pablo declaró: “Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención” (1 Cor. 1:30). “en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento” (Col. 2:3).
 
Sin Jesucristo en nuestras vidas no hay manera de que seamos sabios: “Como admitirá cualquier abogado, ¡No hay conocimiento tan importante como saber dónde encontrarlo! La verdadera sabiduría radica en el reconocimiento de Aquel que es el único Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz, incluso el mismo Salvador bendito. La Biblia es el lugar de los buenos consejos…” (J. B. Coffman).