Vino y odres



Por Josué Hernández

 
Cuando se le preguntó a Jesús sobre el ayuno, él respondió con tres ilustraciones.
 
Novio y amigos: “Jesús les dijo: ¿Acaso pueden los que están de bodas ayunar mientras está con ellos el esposo? Entre tanto que tienen consigo al esposo, no pueden ayunar. Pero vendrán días cuando el esposo les será quitado, y entonces en aquellos días ayunarán” (Mar. 2:19,20)
 
Remiendos y prendas de vestir: “Nadie pone remiendo de paño nuevo en vestido viejo; de otra manera, el mismo remiendo nuevo tira de lo viejo, y se hace peor la rotura” (v.21).
 
Vino y odres: “Y nadie echa vino nuevo en odres viejos; de otra manera, el vino nuevo rompe los odres, y el vino se derrama, y los odres se pierden; pero el vino nuevo en odres nuevos se ha de echar” (v.22).
 
La ilustración más recordada es la del vino y los odres, ilustración usada para mostrar la incongruencia de mezclar su evangelio con el judaísmo. Estudiaremos esta ilustración para aprender mejor lo que Jesús enseñó (cf. Mat. 28:20).
 
Implicaciones de la ilustración
 
El vino nuevo (reciente) implica nuevas bendiciones (cf. Mar. 1:27). Jesús dio a entender que su enseñanza sería como vino nuevo, el cual requería odres nuevos. El vino nuevo incluiría bendiciones para los que creen en él. Bendiciones tales como el perdón de los pecados (Hech. 2:38), los efectos refrescantes de la salvación (Hech. 3:19; Jn. 7:38,39), y la dignificación en él (Hech. 2:47; Ef. 2:4-7).
 
Los odres nuevos implican una nueva estructura en calidad, naturaleza y forma. Jesús dio a entender que sus bendiciones serían contenidas en odres nuevos, los cuales serían el medio por el cual las bendiciones se conservan y dispensan. 

Jesús les dio a sus apóstoles la “estructura” por la cual sus bendiciones serían dispensadas, a saber, la doctrina apostólica (Hech. 2:42; 1 Cor. 4:17; 11:2; 14:33-37).
 
Extensiones de la ilustración
 
A pesar de que Jesús dijo que sería inapropiado verter el “vino nuevo” en los odres del Antiguo Testamento, algunos no han prestado suficiente atención, y enseñan y practican ayunos ritualistas, segmentación entre clero y laicos, música instrumental en la adoración, bautismo de infantes, (basado en el rito de la circuncisión del Antiguo Testamento), etc.
 
Algunos, que no aprecian la naturaleza distintiva del odre original, quieren que el “vino nuevo” sea reenvasado en sus propios odres, tales como, tradiciones de antaño, la conciencia, la enseñanza de sus padres, etc.
 
Algunos han puesto su propio vino en los odres de Jesús, y, por lo tanto, creen en revelaciones modernas que los están guiando a una nueva revelación. Si bien respetan el odre viejo, adoran su vino nuevo, lo cual produce el llamado para actualizar la enseñanza y obra de la iglesia.
 
Algunos han puesto su propio vino en sus propios odres, y creen que el Espíritu los guía para hacer cambios totales. Cambiar tanto el mensaje, el vino, como la estructura que lo contiene, el patrón, la organización. Esta actitud refleja el desprecio tanto del vino original de Jesús como de los nuevos odres que el estipuló.
 
Conclusión
 
Muchos creen que simplemente podemos descartar el “vino” y el “odre” de Jesús. Que podemos envasar su vino en nuestros odres. Que podemos reemplazar su vino por el nuestro.
 
¿Nos atrevemos a creer que podemos mejorar lo que Jesucristo ha dispuesto? El apóstol Pedro dijo que todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad y que nos han sido dadas por su divino poder (1 Ped. 1:3), luego, ya tenemos la estructura que presenta y preserva esta bendición (2 Tim. 4:13)?
 
Después de dos milenios, el vino nuevo de Jesús no se ha estropeado, sigue tan nuevo respecto a lo antiguo, y se dispensa desde el odre en el que se ha conservado.
 
En lugar de inventar nuestro propio vino y nuestros propios odres, debemos buscar lo que nos dicen Jesús y sus apóstoles. Las palabras de Jeremías son pertinentes: “Así dijo Jehová: Paraos en los caminos, y mirad, y preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino, y andad por él, y hallaréis descanso para vuestra alma. Mas dijeron: No andaremos” (Jer. 6:16).