Por Josué Hernández
Israel y el día de
reposo
“Y bendijo Dios al
día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había
hecho en la creación” (Gen. 2:3).
“Porque en seis días
hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay,
y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo
santificó” (Ex. 20:11).
“Los nombres de los doce apóstoles son
estos: primero Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano; Jacobo hijo de
Zebedeo, y Juan su hermano; Felipe, Bartolomé, Tomás, Mateo el publicano,
Jacobo hijo de Alfeo, Lebeo, por sobrenombre Tadeo, Simón el cananista, y Judas
Iscariote, el que también le entregó” (Mat. 10:2-4).
“Y él les dijo: Esto
es lo que ha dicho Jehová: Mañana es el santo día de reposo, el reposo
consagrado a Jehová; lo que habéis de cocer, cocedlo hoy, y lo que habéis de
cocinar, cocinadlo; y todo lo que os sobrare, guardadlo para mañana… Mirad que
Jehová os dio el día de reposo, y por eso en el sexto día os da pan para dos
días. Estése, pues, cada uno en su lugar, y nadie salga de él en el séptimo día”
(Ex. 16:23,29).
“y les ordenaste el
día de reposo santo para ti, y por mano de Moisés tu siervo les prescribiste
mandamientos, estatutos y la ley” (Neh. 9:14).
Por lo tanto, podemos afirmar
que el día séptimo fue bendecido y santificado como día de reposo en el tiempo
de Moisés, con el reposo de Dios en el séptimo día de la creación como su base.
“Los saqué de la
tierra de Egipto, y los traje al desierto, y les di mis estatutos, y les hice
conocer mis decretos, por los cuales el hombre que los cumpliere vivirá. Y les di también mis días de reposo, para que
fuesen por señal entre mí y ellos, para que supiesen que yo soy Jehová que los
santifico” (Ez. 20:10-12).
“Acuérdate del día de
reposo para santificarlo. Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el
séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni
tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero
que está dentro de tus puertas” (Ex. 20:8-10).
“Tú hablarás a los
hijos de Israel, diciendo: En verdad vosotros guardaréis mis días de reposo;
porque es señal entre mí y vosotros por vuestras generaciones, para que sepáis
que yo soy Jehová que os santifico. Así que guardaréis el día de reposo, porque
santo es a vosotros; el que lo profanare, de cierto morirá; porque cualquiera
que hiciere obra alguna en él, aquella persona será cortada de en medio de su
pueblo. Seis días se trabajará, mas el día séptimo es día de reposo consagrado
a Jehová; cualquiera que trabaje en el día de reposo, ciertamente morirá. Guardarán,
pues, el día de reposo los hijos de Israel, celebrándolo por sus generaciones
por pacto perpetuo. Señal es para siempre entre mí y los hijos de Israel;
porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, y en el séptimo día
cesó y reposó” (Ex. 31:13-17).
“Acuérdate que fuiste
siervo en tierra de Egipto, y que Jehová tu Dios te sacó de allá con mano
fuerte y brazo extendido; por lo cual Jehová tu Dios te ha mandado que guardes
el día de reposo” (Deut. 5:15).
Jesús y el día de
reposo