Israel y la tierra prometida

 


Por Josué Hernández

 
Según podemos observar, los premilenaristas dispensacionalistas ven el reino de Dios como una institución terrenal y teocrática de Israel, un reino que será establecido luego del Armagedón. Otros, incluidos los premilenaristas históricos, ven el reino de Dios como una entidad espiritual, con la iglesia como la visible manifestación del gobierno de Dios a través de Jesucristo.
 
Sin embargo, la visión que alguno llegue a tener acerca del reino estará relacionada directamente con su comprensión del papel de Israel en el plan de Dios. Sencillamente, los que buscan un reino terrenal y teocrático, lo hacen porque creen que hay promesas de Dios a Israel que aun no se han cumplido, y por tal razón, abogan por un futuro cumplimiento de tales promesas.
 
La promesa triple de Dios a Abraham
 
La promesa de la tierra de Canaán fue hecha a Abraham cuando aún estaba en Ur de los caldeos (Hech. 7:2,3; Gen. 12:1), y repetida varias veces (Gen. 12:7; 13:12-14; 17:8). Esta promesa fue confirmada a Isaac, y luego a Jacob (Gen. 26:3; 28:13). Sus fronteras debían extenderse desde Egipto (Num. 34:5; Jos. 15:4) hasta el río Eufrates (Gen. 15:18).
 
Dios también prometió a Abraham hacer de él una nación (Gen. 12:2), y esta promesa también fue repetida varias veces (Gen. 13:16; 17:6), y confirmada a Isaac (Gen. 26:4; 35:11). Esta promesa se refiere a los descendientes de Jacob, a la nación de Israel.
 
Dios prometió a Abraham una simiente que sería bendición a todas las familias de la tierra (Gen. 12:3). Esta promesa fue repetida (Gen. 22:18) y confirmada a Isaac (Gen. 26:4). Esta promesa se refiere a Jesucristo (Hech. 3:25,26; Gal. 3:8,16).
 
La promesa de la tierra examinada
 
Es importante reconocer aquí, que todos los estudiantes de la Biblia están de acuerdo en que la promesa de la nación y la promesa de la simiente se han cumplido. Sin embargo, ¿qué sucede con la promesa de la tierra? ¿Fue cumplida esta promesa?
 
La mayoría de los premilenaristas creen que la promesa está por cumplirse. Algunos afirman que nunca se cumplió dicha promesa. Otros dicen que la promesa se cumplió, pero que la tierra sería de Israel para siempre (Gen. 13:15) como una posesión eterna de la nación judía (cf. Gen. 17:8), debido a lo cual Israel debe ser restaurado en la tierra prometida.
 
La Biblia indica claramente que esta promesa fue cumplida. Según lo declarado por Josué (Jos. 21:43-45; 23:14; incluidas las seis ciudades de refugio, Num. 35:9-15; Deut. 19:7-9; Jos. 20:7-9). Según lo experimentado bajo el reinado de Salomón (Gen. 15:18-21; 1 Rey. 4:21). Los levitas al regreso del cautiverio reconocían que esta promesa se había cumplido (Neh. 9:7,8,23-25). El salmista reconocía el cumplimiento de esta promesa de Dios a Abraham (Sal. 105:42-45).
 
Una cuestión no menor se nos presenta en el camino, y es la siguiente, la promesa de la tierra, ¿fue condicional o incondicional?
 
Según el registro inspirado, la promesa de recibir la tierra fue incondicional (Deut. 9:5). Pero, la promesa de retener la tierra era condicional (Jos. 23:15,16). Por lo tanto, no es cosa rara que se hubiese predicho el cautiverio y el regreso a la tierra (Deut. 4:25-27; 28:15-68; 30:1-10).
 
Otra pregunta, que eventualmente produce discusiones, es la siguiente: ¿Fue la tierra prometida una herencia eterna de Israel?
 
Indudablemente, Dios prometió la tierra a Israel como una posesión eterna (Gen. 13:15; 17:8). Sin embargo, la palabra hebrea traducida “para siempre”, o “eterna”, es “olam”, la cual significa “mucho tiempo”, indicándose una posesión perpetua mientras durase el orden de las cosas a las cuales pertenecía, es decir, hasta el final de la dispensación mosaica.
 
Si “eterno” y “para siempre” carecen de contexto, y significan “eternamente” a pesar de que concluya la dispensación mosaica, debemos todavía observar todas las cosas que se ordenaron bajo el contexto de mosaico como cosas eternas:
  • La circuncisión (Gen. 17:10-13).
  • La pascua (Ex. 12:14).
  • La fiesta de los panes sin levadura (Ex. 12:17)
  • El sacerdocio de Aarón (Ex. 29:9).
  • La guarda del sábado (Ex. 31:16,17).
  • Los sacrificios con sus porciones para los sacerdotes (Lev. 6:18; 7:34-36; 10:15).
  • Ayuno y sacrificios de animales en el día de la expiación (Lev. 16:29-34).
  • La fiesta de los tabernáculos (Lev. 23:39-42)
  • Y, toda ordenanza descrita como “eterna” bajo el contexto de la dispensación mosaica.

Sin embargo, el Nuevo Testamento enseña que tales ordenanzas no fueron permanentes:
  • Eran ordenanzas impuestas hasta el tiempo de Cristo (Heb. 9:6-10).
  • La circuncisión ya no es vinculante (Gal. 5:1-6).
  • Los días de reposo ya no son obligatorios ni necesarios de ser observados (Col. 2:14-17),
  • Por lo tanto, la promesa de la tierra se mantendría en pie mientras se cumpliese el propósito de Dios.
 
Conclusión
 
Dios cumplió su promesa de proporcionar la tierra prometida a la nación de Israel, y así es reconocido por la Escritura muchas veces. Salomón gobernó sobre toda la tierra descrita para Abraham.
 
La retención de la tierra por parte de Israel siempre fue condicional. Moisés y Josué advirtieron a Israel que era una promesa condicional. El cautiverio Asirio y Babilonio ilustraron cómo Israel perdió la tierra. La restauración descrita en Esdras, Nehemías, Hageo y Zacarías, ilustra como Israel recuperó la tierra.
 
A pesar de la evidencia bíblica expuesta, premilenaristas sostienen que todavía hay promesas respecto a la restauración de Israel que están por cumplirse. Sin embargo, ¿has recibido las bendiciones de la simiente de Abraham (Hech. 3:25,26)? Ahora es el momento para recibir la promesa en Cristo (Gal. 3:26-29).