La interpretación de la profecía

  


Por Josué Hernández

 
Gran parte de la confusión respecto a los tiempos finales, o tiempos del fin, se debe a la mala interpretación de expresiones escatológicas tales como, “los postreros días”, “el día del Señor”, “la consumación de los siglos”, etc.
 
Otra razón para la confusión general respecto a los tiempos finales se relaciona con la interpretación de la profecía de los libros del Antiguo Testamento y el Apocalipsis. De hecho, la interpretación de la profecía es la razón principal detrás de la gran cantidad de enfoques y afirmaciones escatológicas. Y la división entre los intérpretes se cristaliza entre aquellos que abogan por una interpretación literal y aquellos que abogan por una figurativa.
 
La importancia de cómo se interpreta la profecía
 
Opinión del premilenarismo dispensacionalista: “Ninguna pregunta que enfrenta el estudiante de Escatología es más importante que la cuestión del método a emplear en la interpretación de las Escrituras proféticas… La adopción de diferentes métodos de interpretación produce las diversas posiciones escatológicas y explica las opiniones divergentes dentro de un sistema que confronta al estudiante de la profecía… Las diferencias básicas entre las escuelas premilenaristas y amilenaristas, y entre la escuela pre-tribulacionista y pos-tribulacionista son hermenéuticos, surgiendo por la adopción de métodos divergentes e irreconciliables de interpretación” (J. Dwight Pentecost, Things To Come).
 
Opinión del premilenarismo histórico: “Aquí está la línea divisoria básica entre una teología dispensacional y una teología no dispensacional… El dispensacionalismo forma su escatología por una interpretación literal del Antiguo Testamento y luego ajusta el Nuevo Testamento en ella… Una escatología no dispensacionalista forma su teología a partir de enseñanza explícita del Nuevo Testamento” (George Eldon Ladd, The Meaning Of The Millennium: Four Views).
 
Opinión del posmilenarismo: “Los premilenaristas ponen gran énfasis en la interpretación literal y se enorgullecen de tomar las Escrituras como están escritas… Los posmilenaristas y amilenaristas por otro lado, conscienten de que gran parte del Antiguo y del Nuevo Testamento son incuestionablemente dados en lenguaje figurativo o simbólico, y no tienen objeción por un principio a la interpretación figurativa y aceptan fácilmente que si la evidencia así lo indica es preferible” (Loraine Boettner, The Meaning Of The Millennium: Four Views).
 
Opinión del amilenarismo: “Hay una diferencia básica en el método bíblico de interpretación empleado por premilenaristas y amilenaristas… premilenaristas, particularmente aquellos de persuasión dispensacionalista, están comprometidos con lo que comúnmente se llama interpretación literal de la profecía del Antiguo Testamento, los amilenaristas, por otro lado, creen que aunque muchas de las profecías del Antiguo Testamento deben ser interpretadas literalmente, muchas otras deben ser interpretadas de manera no literal” (Anthony A. Hoekema, The Meaning Of The Millennium: Four Views).
 
Como podemos apreciar, todos admiten que la forma en que uno interpreta la profecía en gran medida determina el escenario de tiempo final que mantienen. ¿Cómo entonces deberíamos interpretar la profecía? ¿Literalmente, figurativamente, o ambas?
 
El desafío en la interpretación de la profecía
 
Para nuestra sorpresa, los profetas mismos no siempre entendieron aquello que profetizaban: “Los profetas que profetizaron de la gracia destinada a vosotros, inquirieron y diligentemente indagaron acerca de esta salvación, escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cual anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo, y las glorias que vendrían tras ellos. A éstos se les reveló que no para sí mismos, sino para nosotros, administraban las cosas que ahora os son anunciadas por los que os han predicado el evangelio por el Espíritu Santo enviado del cielo; cosas en las cuales anhelan mirar los ángeles” (1 Ped. 1:10-12; cf. Dan. 12:8,9).
 
Siglos después, en los días de Jesús las profecías eran confusas por los prejuicios de una interpretación materialista. Por ejemplo, esperaban un rey y un reino físicos (Jn. 6:14,15; cf. 18:36). Los líderes de los judíos mataron a Jesús en su ignorancia (Hech. 3:13-18; 13:27), y los discípulos quedaron perturbados por la muerte del Señor (Luc. 24:13-27). Luego de la resurrección del Señor Jesús, los apóstoles todavía necesitaron ayuda para entender (Luc. 24:44-47).
 
Sin duda alguna, varias profecías del Antiguo Testamento eran claramente figurativas. El profeta Amós predijo la restauración del tabernáculo de David (Am. 9:11,12) y Santiago, por inspiración, lo interpretó como una referencia a la iglesia (Hech. 15:13-18). ¿Qué aprendemos con este ejemplo? Aprendemos que interpretar todas las profecías del Antiguo Testamento literalmente no preparó a las personas para recibir a Cristo.
 
Los diferentes puntos de vista sostenidos dan cuenta de ello por estudiantes de la Biblia hacen resaltar que la interpretación de la profecía continúa siendo un desafío incluso entre quienes tienen puntos de vista similares. Por ejemplo, los premilenaristas difieren entre pre-tribulación, mid-tribulación, pos-tribulación; y los premilenaristas que interpretan la profecía literalmente no son consistentes, por ejemplo, respecto a “la vara” de la boca del Mesías (Is. 11:4) o los 144.000 varones (Apoc. 14:1-4).
 
Los cultos diversos que han surgido en función de una interpretación de la profecía (ej. mormones, adventistas, testigos del Atalaya, etc.) debe alentarnos a la precaución. Esto no quiere decir que no podremos entender la profecía, sino que debemos tener cuidado de cómo estudiamos la palabra de Dios.
 
Sugerencias para interpretar la profecía
 
Para interpretar la profecía del Antiguo Testamento debemos buscar en Jesús y sus apóstoles la interpretación adecuada (cf. Luc. 24:45; Mat. 2:15; 4:13; 11:14). Por lo tanto, no construya una cosmovisión únicamente con las profecías del Antiguo Testamento, porque sin la interpretación del Nuevo Testamento, la interpretación de las profecías del Antiguo Testamento será conjetura en el mejor de los casos.
 
Para interpretar la profecía del Nuevo Testamento debemos observar cuidadosamente el contexto en el que se encuentran las profecías, y buscar si hay indicadores que especifiquen el momento de su cumplimiento (Mat. 24:34; 1 Cor. 13:10; Apoc. 1:1,3; 22:6,10). En consideración de esto, deje que lo explícito dirija lo figurado o simbólico, por ejemplo, el lenguaje de Apocalipsis queda subordinado bajo las claras y específicas declaraciones de Jesucristo (Jn. 5:28,29; 12:48) y sus apóstoles (1 Tes. 4:15-5:2; 2 Ped. 3:10-12). Usted debe prevenir una interpretación en la cual los símbolos contradigan lo específico y literal.
 
Conclusión
 
La interpretación de la profecía a menudo ha sido un obstáculo por la mala interpretación. Muchos rechazaron a Jesús en su día debido a esto, así como muchos hoy hacen mal uso de profecías para fomentar sus cultos escatológicos.
 
El estudio de la profecía puede ser muy beneficioso, si prestamos atención a las claras enseñanzas de Jesucristo y sus apóstoles, evitando basar nuestra convicción en interpretaciones de hombres no inspirados que contradicen las claras enseñanzas del Nuevo Testamento.
 
Con el Nuevo Testamento como nuestra guía podemos definir correctamente la palabra de verdad, especialmente en lo que respecta a la interpretación adecuada de las profecías del Antiguo Testamento.