La restauración de Israel

  


Por Josué Hernández

 
Hemos señalado, y enfatizado, que la promesa de Dios sobre la tierra de Canaán se cumplió, tal como lo afirma la Escritura varias veces, tanto así que Salomón gobernó sobre toda la tierra descrita a Abraham como posesión de su descendencia. Sin embargo, muchos creen que hay profecías por cumplirse respecto a la restauración de Israel, las cuales se cumplirían en los tiempos modernos, justo antes de que el Señor regrese y están muy preocupados por lo que suceda en el Medio Oriente. Es más, se afirma que el establecimiento de Israel como Estado independiente en 1948 indica el cumplimiento de tales profecías.
 
Entrelazada con tal esperanza premilenarista está la creencia de la reconstrucción del templo y la restauración del sacerdocio y de los sacrificios de animales como sucedía en el Antiguo Testamento.
 
Argumentos para la restauración de Israel
 
El premilenarista indica que Dios ha prometido restaurar a su pueblo Israel (Jer. 29:14), que habría una segunda restauración (Is. 11:11) física y económica (Is. 35:1; 61:4) y los restaurados serían poseedores de las promesas (Zac. 8:1-8). En consideración de lo anterior, el premilenarista afirma que la expresión últimos días ha de referirse a esto (Jer. 23:19,20; 30:24), debido a lo cual, los enemigos nacionales serán vencidos (Am. 9:14,15).
 
Torciendo el sentido de varios pasajes del Nuevo Testamento el premilenarista indica el regreso de Jerusalén a la custodia de los judíos (Luc. 21:24), la reconstrucción del templo (2 Tes. 2:4), y la reunión de las doce tribus (Mat. 19:28; Rom. 11:25-27).
 
La expectativa anterior es motivada por algunos eventos del siglo pasado. En primer lugar, el establecimiento de Israel como nación independiente el 14 de mayo de 1948 y la recuperación de la tierra después de siglos de abandono, y luego, las rápidas victorias de los judíos sobre sus enemigos (La guerra de la independencia en 1948, la campaña del Sinaí en 1956, la guerra de los seis días en 1967, la guerra de Yom Kippur en 1973).
 
Argumentos examinados
 
Por un estudio cuidadoso del Antiguo Testamento aprendemos los siguientes hechos:
  • La restauración de la que habló Jeremías ya ocurrió (Jer. 29:10,14; Dan. 9:2; Esd. 1:1-4).
  • Los últimos días en Jeremías 30:24 se refieren a la restauración después de los 70 años de cautiverio en Babilonia (Jer. 29:1,10,14; 30:3,22,24).
  • La segunda restauración es figurativa (Is. 11:1,10,11,16; cf. Rom. 11:5; 15:12).
  • La profecía de la restauración en Zacarías (Zac. 8:1-8) se cumplieron en los días de Esdras (458 A.C.), Nehemías (446 A.C.) y después (Esd. 7:1-10; Neh. 11:1,2).
  • La promesa de una restauración física y económica (Is. 35:1; 61:4), se refieren a la recuperación posterior al cautiverio babilonio, extendiéndose como una esperanza figurativa por la llegada del Mesías (cf. Is. 61:1-3; Luc. 4:18-21).
  • La promesa de la victoria sobre sus enemigos (Am. 9:14,15) es condicional (Jer. 18:7-10), y se refieren al período posterior al cautiverio.
 
Por un estudio cuidadoso del Nuevo Testamento aprendemos los siguientes hechos:
  • Lucas no habla del regreso de Jerusalén al poder de los judíos (Luc. 21:24).
  • El templo de 2 Tesalonicenses no es el templo judío reconstruído (2 Tes. 2:4; cf. 1 Cor. 3:16,17; 1 Ped. 2:5). El sustantivo “templo” (gr. “naos”) es usado por Pablo ocho veces, y nunca emplea este término para referirse al templo judío. Lo cual no nos sorprende porque después de la muerte de Cristo, el templo en Jerusalén nunca más fue llamado por los autores inspirados “el templo de Dios”.
  • Las doce tribus (Mat. 19:28) es una figura aplicada a los cristianos (Sant. 1:1; 1 Ped. 1:1; 2:9).
  • Pablo escribiendo a los romanos no indicaba una restauración futura del Israel físico (Rom. 11:25-27).
 
Eventos que quitan toda esperanza milenarista:
  • Hoy, solamente uno de cada cinco judíos viven en Israel.
  • La existencia de Israel como nación, y de Jerusalén como ciudad judía, son amenazados.
  • La mayoría de los judíos no considera a Jesús como su Señor y Salvador.
  • Israel perdió frente a Hezbolá (2006).
  • La tierra que actualmente ocupa Israel es una pequeña franja de lo que tenía la nación de Israel en los tiempos bíblicos.
  • Es improbable que los musulmanes permitan la destrucción del domo de la roca para la reconstrucción del templo judío.
  • El paso del tiempo ha refutado toda esperanza de una restauración, pues se esperaba que ocurriese dentro de la generación que experimentó el estado independiente.
 
Conclusión
 
Los argumentos para la restauración de Israel en los últimos días se basan en una interpretación literal de la profecía que no toma en cuenta el contexto de la historia bíblica, y que pasa por alto la clara enseñanza de Cristo y sus apóstoles en el Nuevo Testamento.
 
La palabra de Cristo nos enseña que:
  • Ya no hay separación entre judíos y gentiles (Ef. 2:11-22).
  • Ya no hay distinción entre judío y gentil (Gal. 3:28,29).
  • La ley junto a sus ritos y sacrificios fue anulada (Ef. 2:15; Col. 2:14; Heb. 8-10).
  • En Cristo los judíos mueren a la ley (Rom. 7:1-6).
 
No es que la palabra de Dios hubiese fallado. La palabra de Dios ha sido torcida y mal aplicada por el premilenarista.
 
Aunque el premilenarismo es el enfoque más popular, ha demostrado ser la interpretación más inadecuada y frustrante de la profecía.