Por Josué Hernández
La misión de Jesús
- Nicodemo (Jn. 3:1-22; 19:38-42). Un líder religioso que más tarde incluso ayudó José de Arimatea sepultar a Jesús.
- La mujer samaritana (Jn. 4:1-42). Una fornicaria cuya vida fue cambiada por Cristo, y que a su vez, condujo a muchos otros a escuchar el evangelio y obedecer.
- Zaqueo (Luc. 19:1-10). Un rico recaudador de impuestos a quien la salvación llegó cuando un día Jesús le visitó en su casa.
- María (Luc. 10:38-42). Ella se sentó a sus pies para aprender de las verdades espirituales que Cristo trajo del cielo.
- Cleofas (Luc. 24:13-32). Quien mientras iba camino a Emaús conversó con Jesús, y su corazón ardía cuando escuchaba las palabras de Cristo.
El traspaso a los
apóstoles
- “…id… haced discípulos… bautizándolos… enseñándoles… yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo…” (Mat. 28:18-20).
- “…Id por todo el mundo… predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo…” (Mar. 16:15,16).
- “…Así está escrito… así fue necesario… que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén. Y vosotros sois testigos de estas cosas” (Luc. 24:46-48).
- “…y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra” (Hech. 1:8).
- La gran afirmación: “Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra”.
- El gran encargo: Traer a todos los hombres bajo la autoridad de Cristo.
- La gran promesa: “yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”.
El traspaso a los salvos
- “Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren” (1 Tim. 4:16).
- “Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad” (2 Tim. 2:15).
- “Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido; que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad, y escapen del lazo del diablo, en que están cautivos a voluntad de él” (2 Tim. 2:24-26).
- “…estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros” (1 Ped. 3:15).
El cristiano sabio mantiene un trato prudente con su prójimo con el fin
de ganar almas.
- “…prudentes como serpientes… sencillos como palomas” (Mat. 10:16).
- “Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno” (Col. 4:6).
- Un siervo en todas las cosas a todos los hombres (1 Cor. 9:19-23).
El traspaso a los
pecadores
Conclusión