Por Josué Hernández
“18El nacimiento de Jesucristo fue así: Estando
desposada María su madre con José, antes que se juntasen, se halló que había
concebido del Espíritu Santo. 19José su marido, como era justo, y no quería infamarla, quiso dejarla
secretamente. 20Y pensando él en
esto, he aquí un ángel del Señor le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de
David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado,
del Espíritu Santo es. 21Y dará a luz un
hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.
22Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho
por el Señor por medio del profeta, cuando dijo: 23He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo,
y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros” (Mat. 1:18-23; cf. Luc. 1:26-38).
“¿Hay para Dios alguna cosa difícil?” (Gen. 18:14).
“¡Oh Señor Jehová! he aquí que tú hiciste el cielo y la tierra con tu
gran poder, y con tu brazo extendido, ni hay nada que sea difícil para ti” (Jer. 32:17).
“Entonces Jesús, mirándolos, dijo: Para los hombres es imposible, mas
para Dios, no; porque todas las cosas son posibles para Dios” (Mar. 10:27).
“porque nada hay imposible para Dios” (Luc. 1:37).
Las profecías del
nacimiento virginal
- Siete veces se usa “almah” (virgen, doncella que no ha conocido varón) en el Antiguo Testamento, y nunca se emplea para señalar a un mujer que no sea virgen.
- En la Septuaginta (versión griega del Antiguo Testamento, traducida alrededor del 250 antes de Cristo). Los eruditos judíos tradujeron el vocablo “almah” por el griego “parthenos”, virgen.
- Cuando una mujer que no es virgen tiene un hijo, no estamos frente a una “señal” divina; pero cuando una virgen da a luz a un niño que sería llamado “Emanuel”, “Dios con nosotros”, tenemos una “señal” en la cual pensar.
El nacimiento virginal es proclamado
Conclusión