Por Josué Hernández
El valor del libro Proverbios consiste en que nos proporciona sabiduría celestial para guiarnos en todos los ámbitos de la vida. Sin duda alguna, podemos encontrar muchos consejos inspirados que nos permitirán andar con sabiduría, “aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos” (Ef. 5:16).
Consejos para la
selección de una esposa
- Temor de Jehová, “Engañosa es la gracia, y vana la hermosura; la mujer que teme a Jehová, ésa será alabada” (Prov. 31:30). Una mujer semejante posee el principio de la sabiduría (Prov. 1:7). Tener una esposa que sea una devota cristiana, ha de ser nuestra preocupación principal cuando elegimos cónyuge.
- Discreción, “Como zarcillo de oro en el hocico de un cerdo es la mujer hermosa y apartada de razón” (Prov. 11:22). Una mujer que discierne, y hace lo correcto, en el momento correcto, y de la forma correcta, en otras palabras, una mujer con sentido. Sin discreción la belleza no tiene valor, e incluso, puede ser objeto de burla, y sabemos que el mundo no es amable en sus comentarios, “se casó con la tonta”.
- Sabiduría, “La mujer sabia edifica su casa; mas la necia con sus manos la derriba” (Prov. 14:1). Una mujer sabia es la clave para edificar un buen hogar. Si elegimos mal, la misma esposa atentará contra todo esfuerzo por edificar un hogar próspero.
- Evite una mujer contenciosa, es decir, peleadora. En el libro Proverbios hay descripciones elocuentemente pintorescas de la mujer que se acostumbró a la queja y la pelea: “Dolor es para su padre el hijo necio, y gotera continua las contiendas de la mujer” (19:13). “Gotera continua en tiempo de lluvia y la mujer rencillosa, son semejantes; pretender contenerla es como refrenar el viento, o sujetar el aceite en la mano derecha” (27:15,16). “Mejor es vivir en un rincón del terrado que con mujer rencillosa en casa espaciosa… Mejor es morar en tierra desierta que con la mujer rencillosa e iracunda” (Prov. 21:9,19).
En resumen, es mejor quedarse
soltero y, por lo tanto, solo, que vivir mal acompañado y con el alma
peligrando. Con la ayuda que Dios nos da en el libro Proverbios podemos
aumentar las posibilidades de encontrar a una buena esposa, porque “El que
halla esposa halla el bien, y alcanza la benevolencia de Jehová” (Prov. 18:22).
Lo mismo ocurre con las mujeres que buscan un buen marido. Mucho de lo que
hemos dicho hasta el momento es aplicable a ellas, y hay más que aprender en el
libro Proverbios.
Hay maneras de aprender mucho
sobre lo que es en realidad un hombre. Ayudándonos a profundizar más allá de la
apariencia física, Dios en su palabra nos indica formas que descubren el
carácter del varón:
¿Cómo trata a los animales? “El
justo cuida de la vida de su bestia; mas el corazón de los impíos es cruel”
(Prov. 12:10; Deut. 22:6; Jon. 4:11). He aquí una manera sencilla de reconocer
la bondad y la piedad, virtudes que se extienden aún hacia el reino animal, proceder
que no se puede fácilmente fingir.
¿Escucha consejos? “El camino del
necio es derecho en su opinión; mas el que obedece al consejo es sabio” (Prov.
12:15). Al necio no se le puede decir nada, porque ya lo sabe todo, y no
escucha razones ni consejos. Pero, el sabio se abre al consejo, y reconoce que
no es posible que una persona siempre entienda todos los aspectos de todo tema
y de todo asunto.
¿Qué tipo de amigos tiene? “El
que anda con sabios, sabio será; mas el que se junta con necios será
quebrantado” (Prov. 13:20; cf. Am. 3:3; 1 Cor. 15:33). La compañía que ha
elegido influye para su mal o para su bien. A menudo las personas son
reconocidas, no sólo por lo que dicen, sino también por sus amistades. De ahí
también el dicho “Dime con quién andas y te diré quién eres”.
¿Cómo gana dinero? “Alborota su
casa el codicioso; mas el que aborrece el soborno vivirá” (Prov. 15:27). Este
proverbio se refiere principalmente a un juez, u otro oficial público, que
aumenta sus ingresos aceptando sobornos, y que al hacerlo pervierte el juicio y
corrompe su conducta, lo cual trae sobre su casa, es decir, se familia, el alboroto,
en otras palabras, la perturbación. El pandillero no es diferente al corrupto
en este punto (cf. Prov. 1:13,14).
¿Es irascible? “El que tarda en
airarse es grande de entendimiento; mas el que es impaciente de espíritu
enaltece la necedad” (Prov. 14:29). El que es paciente ante la provocación
muestra gran prudencia, pero el que es impaciente e impulsivo fomenta la
necedad, y la exhibe ante los ojos de los demás.
¿Habla demasiado? “El que ahorra
sus palabras tiene sabiduría; de espíritu prudente es el hombre entendido. Aun
el necio, cuando calla, es contado por sabio; el que cierra sus labios es
entendido” (Prov. 17:27,28). Las palabras precipitadas y abundantes delatan un
carácter sin sustancia. Por la apariencia del rostro no se puede discernir si alguno
es necio, porque con la boca cerrada puede pasar por sensato.
¿Tiene compasión de los pobres? “El
que cierra su oído al clamor del pobre, también él clamará, y no será oído”
(Prov. 21:13). No le espera misericordia de Dios al que no muestra misericordia
con su prójimo.
Enfatizando el aspecto negativo,
y procurando brindar la mayor ayuda posible, permítanos indicar qué clase de
hombres debe evitar:
Consejos para la
selección de un marido
- El mujeriego, e incluso, el coqueto, “¿Tomará el hombre fuego en su seno sin que sus vestidos ardan? ¿Andará el hombre sobre brasas sin que sus pies se quemen? Así es el que se llega a la mujer de su prójimo; no quedará impune ninguno que la tocare” (Prov. 6:27-29).
- El iracundo, “No te entremetas con el iracundo, ni te acompañes con el hombre de enojos, no sea que aprendas sus maneras, y tomes lazo para tu alma” (Prov. 22:24,25).
- El bebedor, “¿Para quién será el ay? ¿Para quién el dolor? ¿Para quién las rencillas? ¿Para quién las quejas? ¿Para quién las heridas en balde? ¿Para quién lo amoratado de los ojos? Para los que se detienen mucho en el vino, para los que van buscando la mistura” (Prov. 23:29,30).
Conclusión