Por Josué Hernández
Dios manda el crecimiento espiritual
- “desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación” (1 Ped. 2:2).
- “Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén” (2 Ped. 3:18).
- “vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo” (2 Ped. 1:5-8).
El crecimiento espiritual requiere esfuerzo
- Cristo lo afirmó, “Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a éste señaló Dios el Padre” (Jn. 6:27)
- Pablo lo enseñó, “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento… ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor…” (Rom. 12:2; Fil. 2:12; cf. 3:15; 1 Tim. 4:7,8).
- Pedro lo explicó, “vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid… Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo” (2 Ped. 1:5,8).
El crecimiento espiritual es asistido por Dios
El crecimiento espiritual es bendecido por Dios
Conclusión