La obra de los ancianos

 


Por Josué Hernández

 
Hemos enfatizado nuestra responsabilidad colectiva para tener ancianos en la iglesia, y cómo debemos participar en la designación de los ancianos. En el mejor de los casos podríamos tener ancianos en poco tiempo. Si no logramos ancianos pronto, quedaremos informados para seguir trabajando por ello.
 
En la presente lección nos enfocaremos en la responsabilidad de los ancianos, lo cual nos permitirá apreciar la necesidad. “Por esta causa te dejé en Creta, para que corrigieses lo deficiente, y establecieses ancianos en cada ciudad, así como yo te mandé” (Tito 1:5). “Palabra fiel es ésta: Si alguno aspira al cargo de obispo, buena obra desea hacer” (1 Tim. 3:1, LBLA). “Tened cuidado de vosotros y de toda la grey, en medio de la cual el Espíritu Santo os ha hecho obispos para pastorear la iglesia de Dios, la cual El compró con su propia sangre” (Hech.20:28).
 
Cristo ha vencido y ha compartido con nosotros el botín (Ef. 4:8-11; cf. Heb. 2:14,15; Col. 2:15), con miras a nuestro perfeccionamiento (Ef. 4:12-16). Tenemos la oportunidad, ¿la aprovechamos?
 
Pastorear
 
La obra de los pastores comienza con la atención debida que se dan a sí mismos: “mirad por vosotros” (Hech. 20:28; cf. 1 Ped. 5:2,3), con oración ferviente (cf. Hech. 6:4), y estudio bíblico persistente (Hech. 20:32).
 
La obra de los pastores es una de atención constante al rebaño local: “mirad por vosotros, y por todo el rebaño” (Hech. 20:28). “Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella” (1 Ped. 5:2,3). Los pastores proporcionan al rebaño:
  • Dirección (Heb. 13:7,17).
  • Protección (Hech. 20:28-31; Heb. 13:17).
  • Provisión (1 Tim. 3:2).
La obra de los ancianos es exitosa cuando prestan atención constante al ejemplo del “Príncipe de los pastores” (1 Ped. 5:4; cf. Sal. 23:1-4; Is. 40:11), y siguen aquel ejemplo sublime:
  • “las ovejas oyen su voz” (Jn. 10:3).
  • “y a sus ovejas llama por nombre, y las saca… va delante de ellas; y las ovejas le siguen” (Jn. 10:3,4).
  • “el buen pastor su vida da por las ovejas” (Jn. 10:11).
  • “conozco mis ovejas, y las mías me conocen” (Jn. 10:14).    
Supervisar
 
“Sé diligente en conocer el estado de tus ovejas, y mira con cuidado por tus rebaños” (Prov. 27:23). “La prosperidad pastoral sólo se mantiene a base de la diligencia constante. Esto se aplica con igual fuerza al pastoreo en la iglesia local” (W. MacDonald).
 
La obra de los pastores es imposible sin la constante observación del rebaño, “mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor” (Hech. 20:28).
 
“Por tanto, velad” (Hech. 20:31).
  • “En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor” (Rom. 12:11).
  • “Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús” (Col. 3:17).
  • todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres” (Col. 3:23).   
Los pastores velarán por el rebaño con gozo, y con el más alto sentido de responsabilidad, entendiendo que es “la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre” (Hech. 20:28).
 
Gobernar
 
La responsabilidad inmediata del rebaño local: “Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos” (Heb. 13:17), lo cual señala a una obra de gobierno de los ancianos sobre el rebaño.
 
La actitud de los ancianos: “Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto; no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey” (1 Ped. 5:2,3).
  • No “por fuerza”, es decir, “no por obligación” (LBLA). “no forzados” (JER).
  • No por “ganancia deshonesta”, en otras palabras, “no por mezquino afán de ganancia” (JER). “no por la avaricia del dinero” (LBLA).
  • No como teniendo señorío, es decir, “no tiranizando a los que os ha tocado cuidar” (JER).
  • He aquí un asunto de experiencia (cf. 1 Tim. 3:4,5; 5:17).
La autoridad de los ancianos se limita a lo que está “en el Señor” (1 Tes. 5:12,13), involucrando admonición (1 Tes. 5:12,14), consuelo y sostén (1 Tes. 5:14).
 
Enseñar
 
“Pero es necesario que el obispo sea… apto para enseñar” (1 Tim. 3:2). “apto para enseñar” (gr. “didaktikós”): “diestro en la enseñanza” (Vine).
 
“El obispo debe tener esta cualidad (que desde luego se desarrolla y se afina al ganar experiencia). La naturaleza de la obra del obispo, que es de alimentar a la grey y de cuidar de ella, hace que este requisito se halle en él… Los ancianos, u obispos, son maestros de la Palabra. Esta aptitud que deben tener no es meramente teórica. La iglesia local puede sostener a un evangelista de tiempo completo, pero los obispos deben siempre dirigir la enseñanza de la congregación, en plan y en ejecución, y no entregar esa responsabilidad al evangelista” (B. H. Reeves).
 
“retenedor de la palabra fiel tal como ha sido enseñada, para que también pueda exhortar con sana enseñanza y convencer a los que contradicen” (Tito 1:9; cf. Hech. 20:32).
 
La “voz…” de los pastores es lo que guía a las ovejas (Jn. 10:3,4,5,16,27).
 
Conclusión
 
El obispado es “buena obra”, pero es nuestra responsabilidad contemplar la deficiencia, y la solución de Dios a ella, y dar los pasos necesarios para organizarnos bíblicamente.