Participando en la designación de ancianos

 


Por Josué Hernández

 
Hemos enfatizado tanto la responsabilidad colectiva como la individual para la designación de ancianos en una iglesia de Cristo:
  • Padres: Pueden preparar a los futuros ancianos y esposas de ancianos (cf. Ef. 6:4).
  • Hijos: Pueden ayudar a su padre para que califique (cf. 1 Tim. 3:4,5).
  • Esposas: Pueden ayudar a que su esposo califique (cf. 1 Tim. 3:4,11).
  • Varones jóvenes: Pueden comenzar a prepararse (cf. 1 Tim. 3:1).
  • La joven soltera: Puede buscar un futuro esposo que califique.
  • Los que podrían calificar: Pueden trabajar para perfeccionar algún requisito, aceptando toda ayuda y consejo (cf. 1 Tim. 3:10).
  • Los que no podrían calificar: Siempre pueden brindar aliento y apoyo.
 
Además, hemos enfatizado que nadie está excluido en la designación de los ancianos (1 Cor. 12:14-27). Cada miembro debe informarse (1 Tim. 3:1-7; Tito 1:5-9), y cada miembro participará de la selección:
 
Pablo dijo a Tito: “Por esta causa te dejé en Creta, para que pusieras en orden lo que queda, y designaras ancianos en cada ciudad como te mandé” (Tito 1:5, LBLA). Entendemos que una iglesia sin ancianos es deficiente. El plan de Dios es que haya “ancianos en cada iglesia” (Hech. 14:23). Hablamos mucho de ser como los cristianos del primer siglo, ¿lo seremos en esto?
 

Lo que cada miembro necesita
 
Cada miembro necesita acceder a la información bíblica acerca de los requisitos de los ancianos (1 Tim. 3:1-7; Tito 1:5-9), y de la obra de los ancianos:
  • “Tened cuidado de vosotros y de toda la grey, en medio de la cual el Espíritu Santo os ha hecho obispos para pastorear la iglesia de Dios, la cual El compró con su propia sangre” (Hech. 20:28, LBLA).
  • “Obedeced a vuestros pastores y sujetaos a ellos, porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta. Permitidles que lo hagan con alegría y no quejándose, porque eso no sería provechoso para vosotros” (Heb. 13:17, LBLA).
  • “pastoread el rebaño de Dios entre vosotros, velando por él, no por obligación, sino voluntariamente, como quiere Dios; no por la avaricia del dinero, sino con sincero deseo; tampoco como teniendo señorío sobre los que os han sido confiados, sino demostrando ser ejemplos del rebaño” (1 Ped. 5:2,3, LBLA).
 
Cada miembro necesita la mejor comprensión posible:
  • “Erráis, ignorando las Escrituras y el poder de Dios” (Mat. 22:29). “Pero ¿entiendes lo que lees?” (Hech. 8:30).
  • “Y éstos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así” (Hech. 17:11).
  • “leyendo lo cual podéis entender cuál sea mi conocimiento en el misterio de Cristo” (Ef. 3:4; cf. 5:17).
 
Cada miembro necesita buena voluntad:
  • “Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí” (Jn. 5:39).
  • “Y éstos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así” (Hech. 17:11).
  • “pronto… tardo” (Sant. 1:19-25).
 
Lo que cada miembro debe hacer
 
Participar de la selección:
  • “Por tanto, hermanos, escoged de entre vosotros siete hombres… Lo propuesto tuvo la aprobación de toda la congregación, y escogieron…” (Hech. 6:3,5, LBLA).
  • Si escogieron varones para servir a las mesas, ¡cuánto más a los ancianos que les pastorearían!
  • Así como escogieron a sus propios mensajeros (1 Cor. 16:3).
 
Involucrarse de lleno en el proceso:
  • “es necesario que el obispo sea…” (1 Tim. 3:2).
  • “sean sometidos a prueba primero” (1 Tim. 3:10).
  • Se verifica que cumplan los requisitos indicados por Dios en su palabra: ¿Califica el hermano? ¿Cumple los requisitos?
  • Primeramente, cada miembro debe preguntarse: ¿Califico yo para probar con justicia y amor? ¿Estoy procurando el progreso de la obra de Cristo?
 
Mantener el buen orden:
  • “pero hágase todo decentemente y con orden” (1 Cor. 14:40). 
  • “procurando hacer las cosas honradamente, no sólo delante del Señor sino también delante de los hombres” (2 Cor. 8:21).
 
Conclusión
 
Nuestra responsabilidad inmediata es informarnos y participar con diligencia, optimismo, y entusiasmo. Entendemos que una iglesia sin ancianos es deficiente (Tito 1:5). El plan de Dios es que haya “ancianos en cada iglesia” (Hech. 14:23). Hablamos mucho de ser como los cristianos del primer siglo, ¿lo seremos en esto?