Por qué creo en el bautismo

 


Por Josué Hernández

 
Este estudiante de la Biblia cree de todo corazón en el evangelio de Cristo, el cual contiene las buenas noticias que Jesús quiere que todos oigan (Mar. 16:15), el cual es, a su vez, el poder de Dios para salvación a todos los que creen (Rom. 1:16).
 
Tres cosas son contenidas en el evangelio:
  • Hechos que creer: El mensaje del amor y la gracia de Dios.
  • Mandamientos que obedecer: Los cuales no son obras para ganar la salvación, sino obras de fe mediante las cuales recibimos la gracia de Dios.
  • Promesas que esperar: Que nos ayudan a lidiar con el pecado y las tribulaciones de la vida.
 
Entre los mandamientos del evangelio de Cristo se encuentra el bautismo, el cual es una inmersión en agua para el creyente arrepentido. Lamentablemente, mucha gente dice que el bautismo no es necesario para la salvación. A pesar de ello, y como buen discípulo de Cristo, creo que el bautismo es esencial para la salvación, una parte integral de la obediencia de fe al evangelio de Cristo, y esto es lo que predico.
 
El bautismo
 
El verbo “bautizar” es de la palabra griega “baptizo”, que según todo léxico reconocido significa inmergir, sumergir, zambullir, hundir. La palabra española “bautizar” no es una traducción. Las letras griegas, según su sonido, fueron representadas por letras españolas; baptizo, bautizar. Por lo tanto, no podemos definir el “bautismo” del cual nos habla la Biblia usando un diccionario español, pues tendríamos con esto la definición de la palabra como es empleada usualmente en español.
 
La opinión de estudiosos reconocidos indica que el bautismo es, sin lugar a dudas, una inmersión en agua, y hombres como Martin Lutero, Juan Calvino y Juan Wesley, afirmaban la misma conclusión comprendiendo la definición de “baptizo” y su uso en el Nuevo Testamento.
  • Martín Lutero: “Bautismo es la palabra griega. Puede ser traducida al latín por mersio, cuando inmergimos algo en agua, para que esté completamente cubierto de agua”.
  • Juan Calvino: “Es evidente que el término bautizar quiere decir inmergir, que ésta es la forma usada por la iglesia primitiva”.
  • Juan Wesley: “Somos sepultados con él, aludiéndose a la manera antigua de bautizar por inmersión”.
Recuérdese que Lutero es el padre de los luteranos, Calvino de los presbiterianos, y Wesley de los metodistas.
 
Para que el bautismo que Cristo mandó suceda, y tomando en cuanta la definición de la palabra y su uso en el Nuevo Testamento, se requieren las siguientes cosas:
  • Agua (Hech. 10:47).
  • Mucha agua (Jn. 3:23).
  • Llegar al agua (Hech. 8:36).
  • Descender al agua (Hech. 8:38).
  • Sepultar en agua (Rom. 6:4).
  • Plantar en agua (Rom. 6:5).
  • Resucitar del agua (Col. 2:12).
  • Subir del agua (Hech. 8:39).
 
El bautismo es señalado como necesario para la salvación
 
Jesucristo, en la gran comisión, indicó que el bautismo que él manda es imprescindible para la salvación:
  • Como el proceso de hacer discípulos (Mat. 28:19,20).
  • Como parte integral de la respuesta de fe al evangelio (Mar. 16:15,16).
  • ¿Cómo se cumpliría la gran comisión hoy en día sin indicarle a las personas la necesidad de ser bautizados como Cristo mandó?
 
Los apóstoles y los primeros cristianos enseñaban a las gentes que el bautismo es para perdón de los pecados, para salvación, para ser revestidos de Cristo, para ser lavados los pecados en la sangre de Cristo:
  • Pedro (Hech. 2:38,41; Hech. 10:47,48; cf. 1 Ped. 3:21).
  • Pablo (Gal. 3:26,27).
  • Felipe (Hech. 8:5,12,35-38).
  • Ananías (Hech. 22:16).
¿Podemos predicar el mismo mensaje sin enseñar la necesidad del bautismo para el perdón de los pecados?
 
El bautismo lleva al creyente a maravillosas bendiciones
 
La primera de las bendiciones que recibe el creyente al momento de completar su obediencia al evangelio en el bautismo es el perdón de los pecados:
  • Hecho posible por la sangre de Cristo (Mat. 26:28; Ef. 1:7)
  • Sin la sangre de Cristo no hay limpieza de los pecados (Apoc. 1:5).
  • El perdón de los pecados es prometido a los creyentes que se arrepientan y se hagan bautizar (Hech. 2:38; 22:16).
  • Debido a que el bautismo que Cristo mandó está estrechamente relacionado con el perdón de los pecados, entonces en el bautismo el creyente recibe la limpieza de sus pecados al ser lavado en la sangre de Cristo.
 
Otra bendición que recibe el creyente al ser bautizado es el don del Espíritu Santo:
  • La promesa que fue hecha a Abraham (Gen. 22:18).
  • La promesa del Espíritu (Gal. 3:14,22; cf. Hech. 13:38,39).
  • El Espíritu Santo obra para el bautismo de los creyentes (1 Cor. 12:13; Tito 3:5) y así les hace partícipes de su don (Hech. 2:38).
 
La unión con Cristo es otra de las bendiciones que recibe todo aquel que emerge de las aguas bautismales:
  • Participar de la comunión con Cristo y gozar de la vida espiritual (Jn. 15:4,5)
  • En el bautismo llegamos a unirnos con Cristo (Rom. 6:3,4; Gal. 3:27)
 
La vida nueva es el resultado inmediato del que resucita con Cristo al completar su obediencia al evangelio en el bautismo:
  • Al morir al pecado y ser resucitado con Cristo (Rom. 6:3-7).
  • En el bautismo los creyentes son sepultados con Cristo y resucitados con él (Col. 2:12,13).
 
La salvación es indicada inequívocamente como bendición a los que se someten al bautismo que Cristo y sus apóstoles enseñaron:
  • El bautismo es para la salvación de los pecadores (1 Ped. 3:21; Heb. 9:14)
  • Cristo dijo que el bautismo es para salvación (Mar. 16:16).
 
Conclusión
 
¿Por qué deberíamos creer en el bautismo tal como es enseñado en el Nuevo Testamento? Proponemos dos razones. En primer lugar, porque así fue ordenado por Cristo y requerido por sus apóstoles. En segundo lugar, porque es identificado para maravillosas bendiciones.
 
El bautismo es parte integral de la predicación del evangelio. Llegó como una conclusión lógica en el sermón apostólico (cf. Hech. 2:36,37,38,41,47). Esta es la razón por la cual señalamos el bautismo como necesario para la salvación de los creyentes arrepentidos (cf. Hech. 22:16).
 
Hay solamente “un bautismo” (Ef. 4:5). La manera y el propósito en que fuimos bautizados es importante (Luc. 6:46). Si no fuimos bautizados de acuerdo con Cristo, entonces debemos ser bautizados de nuevo (Hech. 19:1-7).