Por amor de vuestras almas

 
Por Josué I. Hernández

 
“He aquí, por tercera vez estoy preparado para ir a vosotros; y no os seré gravoso, porque no busco lo vuestro, sino a vosotros, pues no deben atesorar los hijos para los padres, sino los padres para los hijos. Y yo con el mayor placer gastaré lo mío, y aun yo mismo me gastaré del todo por amor de vuestras almas, aunque amándoos más, sea amado menos” (2 Cor. 12:14,15).
 
El amor de Pablo por los corintios era evidente al gastar de lo suyo por amor a ellos, al punto de consumirse a sí mismo para el bien de sus almas. En esto, el apóstol imitaba a Cristo quien vino a servir y a dar su vida en rescate por muchos (Mat. 20:28). Este es el precio que pagar por amor a las almas.
 
Pablo había retrasado sus planes de regresar a Corinto, lo cual proporcionó a sus detractores una ocasión para expresar lo peor de él (cf. 1 Cor. 16:5; 2 Cor. 1:15-18; 2:1). Sin embargo, y a pesar de ser amado menos, Pablo determinó seguir “desgastándose” por amor a los corintios.
 
Aquí tenemos una palabra de exhortación para todo predicador del evangelio. Hermano, no se desanime cuando otros lo critican por predicar la palabra de Dios (cf. 2 Tim. 3:10-12). No se distraiga cuando le asignen motivos equivocados. Continúe predicando la palabra de Dios con la urgencia que Dios exige (cf. 2 Tim. 4:2; Rom. 1:15,16).
 
Algunos no aceptarán las sanas palabras, y lo acusarán de obrar mal. Algunos estarán al acecho esperando que usted se equivoque (cf. Luc. 11:53,54). Es posible que algunos procuren convertirlo en “el problema”. Pero, no se quede callado (2 Tim. 2:9,10). Siga adelante, firme en la verdad, y predicando por amor a las almas.
 
Hay un costo para todo lo anterior. Usted tendrá que “gastar lo suyo” y “desgastarse a sí mismo”, tendrá que “llevar la carga” por declarar todo el consejo de Dios sin favoritismo (Hech. 20:27; 2 Tim. 4:5).

Entradas que pueden interesarte