La conducta del cristiano

 
Por Josué I. Hernández

 
El apóstol Pedro enfatizó que la conducta del cristiano, es decir, su manera de vivir, su proceder, afecta su relación con su Padre celestial, “sino que así como aquel que os llamó es santo, así también sed vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: SED SANTOS, PORQUE YO SOY SANTO. Y si invocáis como Padre a aquel que imparcialmente juzga según la obra de cada uno, conducíos en temor durante el tiempo de vuestra peregrinación” (1 Ped. 1:15-17, LBLA).
 
Según leemos en el mensaje de Pedro en su primera epístola, debemos estar muy preocupados por mantener una buena conducta. Las razones que el apóstol de Cristo nos presenta son suficientemente poderosas como para pasarlas desapercibidas.
  • La “manera de vivir” del cristiano trae gloria a Dios (1 Ped. 2:11,12; cf. Mat. 5:16).
  • El vivir “haciendo el bien” silencia a los necios que critican (1 Ped. 2:15).
  • La “conducta” piadosa es poderosa para ganar almas para Cristo (1 Ped. 3:1,2).
  • La “mansedumbre y reverencia” con “buena conciencia” hace que los enemigos de la justicia se avergüencen (1 Ped. 3:15,16).
 
Sabiendo que el Señor viene en juicio a destruir el mundo presente, el apóstol Pedro nos hace reflexionar, “Puesto que todas estas cosas han de ser destruidas de esta manera, ¡qué clase de personas no debéis ser vosotros en santa conducta y en piedad, esperando y apresurando la venida del día de Dios, en el cual los cielos serán destruidos por fuego y los elementos se fundirán con intenso calor! Pero, según su promesa, nosotros esperamos nuevos cielos y nueva tierra, en los cuales mora la justicia” (2 Ped. 3:11-13, LBLA).


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