Los detalles hacen la diferencia

 


Por Josué I. Hernández
 
 
Lucas registró, “Llegó entonces a Éfeso un judío que se llamaba Apolos, natural de Alejandría, hombre elocuente, y que era poderoso en las Escrituras. Este había sido instruido en el camino del Señor, y siendo ferviente de espíritu, hablaba y enseñaba con exactitud las cosas referentes a Jesús, aunque sólo conocía el bautismo de Juan” (Hech. 18:24,25, LBLA).
 
Apolos enseñó efectivamente mucha verdad, “aunque sólo conocía el bautismo de Juan”. Preguntamos, ¿hizo alguna diferencia que su creencia y enseñanza sobre el bautismo estuvieran equivocadas? Sí, lo hizo. Priscila y Aquila “lo llevaron aparte y le explicaron con mayor exactitud el camino de Dios” (Hech. 18:26, LBLA).
 
Uno de los autobuses en mi ciudad es el “J”, otro es el “J1”, ambos usan la misma letra y son del mismo color, pero el número “1” hace la diferencia. Ambos tipos de autobuses parten básicamente desde el mismo lugar, pero llevan a destinos diferentes. Todos estamos de acuerdo en esto, nadie lo discute. Sabemos que el “J” no es el “J1”, y viceversa. Simplemente, los detalles hacen la diferencia.
 
Lucas registró también, “Y aconteció que mientras Apolos estaba en Corinto, Pablo, habiendo recorrido las regiones superiores, llegó a Efeso y encontró a algunos discípulos, y les dijo: ¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando creísteis? Y ellos le respondieron: No, ni siquiera hemos oído si hay un Espíritu Santo. Entonces él dijo: ¿En qué bautismo, pues, fuisteis bautizados? Ellos contestaron: En el bautismo de Juan” (Hech. 19:1-3, LBLA).
 
El bautismo de estos discípulos fue correcto en los aspectos generales. Fue una inmersión en agua, de creyentes arrepentidos, y para el perdón de pecados (cf. Mar. 1:4). Entonces, ¿Importaba que no fuera correcto en los aspectos esenciales? Sí, lo fue. Pablo les explicó que el bautismo de Juan era diferente al bautismo de la gran comisión que Cristo estableció hasta el fin de los tiempos. El bautismo de Juan era inválido, y ellos necesitaban obedecer a Cristo. “Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús” (Hech. 19:5, LBLA).
 
Entendemos que ser bautizado “en el nombre de Jesucristo” es bautizarse según las especificaciones del bautismo de la gran comisión (cf. Hech. 2:38,41).
 
¿Para que mandó Cristo el bautismo? ¿Quiénes deben ser bautizados? ¿Cuándo deben ser bautizados? La mayoría de “las iglesias” de la llamada “cristiandad” practican algún tipo de bautismo, pero las respuestas a estas preguntas difieren ampliamente. ¿Esto es importante? ¿Hay alguna diferencia? Quizás muchos dirán que no. Pero, los ejemplos que aquí exponemos dicen lo contrario. Abra su Biblia, y estudie en ella lo que Dios ha revelado sobre el bautismo, y asegúrese de obedecer a Cristo (Mat. 28:18-20; Mar. 16:15,16).