“Si alguno enseña otra cosa, y no se conforma
a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo, y a la doctrina que es
conforme a la piedad, está envanecido, nada sabe, y delira acerca de cuestiones
y contiendas de palabras, de las cuales nacen envidias, pleitos, blasfemias, malas sospechas” (1 Tim. 6:3,4).
Por Josué I. Hernández
Conclusión