“Así que vosotros, oh
amados, sabiéndolo de antemano, guardaos, no sea que arrastrados por el error
de los inicuos, caigáis de vuestra firmeza. Antes bien, creced en la gracia y
el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y
hasta el día de la eternidad. Amén” (2 Ped. 3:17,18).
Por Josué I. Hernández