Un hombre de doble lengua

 


Por Josué I. Hernández

 
Refiriéndose al mal uso de la lengua por parte del “hombre de doble ánimo” (Sant. 1:8; 4:8), Santiago escribió, “Con ella bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que están hechos a la semejanza de Dios. De una misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así” (Sant. 3:9,10). En otras palabras, el hombre de doble ánimo es un hombre de doble lengua, el típico hombre de dos caras.
 
El hombre de doble lengua es aquel que dice a su esposa que la ama, y luego la trata ruda y toscamente. Este es el hombre que alaba al predicador por sus lecciones, y a espaldas de él se queja de los temas y aplicaciones. Este es el hombre que canta y ora maravillas, y al finalizar las reuniones de la iglesia maldice y murmura de su prójimo.  Este es el hombre que afirma tener fe en Dios, pero se queja constantemente de las tribulaciones que le sobrevienen. En fin, he aquí el hombre que dice que está dispuesto a ayudar, pero siempre dice que no a toda solicitud específica.
 
En palabras de A. T. Robertson, expresando el problema en términos históricos, “hacemos de nuestra lengua una especie de combinación entre los montes Ebal y Gerizim”.
 
Como hemos indicado anteriormente, el problema no es la lengua en sí, sino el corazón (cf. Mat. 12:34; 15:18). Este es el problema del hombre de doble ánimo (Sant. 4:8). El corazón es la fuente de nuestra comunicación. Santiago lo señala de la siguiente manera, “¿Acaso alguna fuente echa por una misma abertura agua dulce y amarga? Hermanos míos, ¿puede acaso la higuera producir aceitunas, o la vid higos? Así también ninguna fuente puede dar agua salada y dulce” (Sant. 3:11,12).
 
El hombre de doble lengua expresa un conflicto en su corazón. Ahí es donde debe comenzar la limpieza. El Señor Jesús observó lo siguiente, “El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca” (Luc. 6:45).