Las dos familias de Jesús

 


Por Josué I. Hernández

 
El registro de Dios en la Biblia no tiene reparo en indicar que Jesús tuvo dos familias, una física, es decir, basada en parentesco carnal, y otra espiritual, por filiación espiritual.
 
La familia terrenal de Jesús
 
En la familia física de Jesús se destaca su madre María, una piadosa mujer de la tribu de Judá (cf. Luc. 3:23-38), y de alguna manera, emparentada con Elisabet, la madre de Juan el bautista (Luc. 1:36). María concibió a Jesús siendo virgen (Luc. 1:34,35) por obra del Espíritu Santo (Luc. 1:35). Evidentemente María era pobre (Luc. 2:22-24; cf. Lev. 12:8).
 
Después del nacimiento de Jesús, la Biblia menciona a María solo en algunas ocasiones: cuando ella y José llevaron a Jesús a Jerusalén cuando Jesús tenía doce años (Luc. 2:41-51), en una boda en Caná donde Jesús obró su primer milagro (Jn. 2:1-11), en cierta ocasión cuando fue a Jesús en Galilea (cf. Mat. 12:46-50; Mar. 3:31-35; Luc. 8:19-21), al pie de la cruz (Jn. 19:25-27), y en una reunión de los discípulos luego de la ascensión de Jesús (Hech. 1:12-14).
 
El padrastro de Jesús, o dicho de otro modo, el padre legal de Jesús fue José, un varón de la tribu de Judá (Mat. 1:16), un hombre justo (Mat. 1:19). Él estaba comprometido con María cuando nació Jesús, pero aún no se habían unido en matrimonio. Por lo tanto, trató de repudiar a su novia, para dejarla secretamente, cuando se enteró de que estaba embarazada; entonces, un ángel le informó de la verdad del asunto, y José procedió con los planes de matrimonio según las instrucciones (Mat. 1:18-25). José era un carpintero (Mat. 13:55). Después de la visita a Jerusalén, cuando Jesús tenía doce años, José no es mencionado nuevamente en el registro sagrado. Esto último junto a las instrucciones de Jesús respecto al cuidado de María (Jn. 19:25-27) indican que José murió antes del ministerio público de Jesús.
 
Jesús tuvo hermanos y hermanas (Mat. 13:55; Mar. 3:31; 6:3), algunos de los cuales son identificados por nombre, Jacobo, José, Simón y Judas. Los hermanos de Jesús no creían en él (Jn. 7:5), pero, luego lo hicieron (Gal. 1:19; Jud. 1:1).
 
La familia espiritual de Jesús
 
Cuando la familia física de Jesús vino a visitarlo a Galilea, Jesús mirando a la multitud que lo escuchaba predicar dijo, “He aquí mi madre y mis hermanos. Porque todo aquel que hace la voluntad de Dios, ése es mi hermano, y mi hermana, y mi madre” (Mar. 3:34,35).
 
Jesús es el unigénito Hijo de Dios, pero Dios quiere que todos seamos adoptados como hijos en su familia, la cual es su iglesia (1 Tim. 3:15), el cuerpo de Cristo (Col. 1:18). Dios quiere que podamos compartir la herencia con Cristo (Rom. 8:15-17).
 
El ingreso a esta familia espiritual es por el nuevo nacimiento (Jn. 3:3,5), el cual es obrado por la palabra de verdad (Sant. 1:18), es decir, el evangelio de salvación (Ef. 1:13), la simiente incorruptible de Dios (1 Ped. 1:23). Este evangelio es el poder de Dios para salvación (Rom. 1:16) porque revela la justicia de Dios (Rom. 1:17), es decir, la forma o método de ser justificados por Dios, en otras palabras, el plan de salvación.
 
El nuevo nacimiento ocurre cuando Dios nos agrega a su familia como nuevas criaturas (Hech. 2:47), y esto sucede cuando obedecemos al evangelio (Hech. 2:38,41).
 
La salvación, la membresía en la iglesia, y el discipulado van de la mano. Cuando somos conformados a la imagen de Jesús, él resalta como el primogénito entre muchos hermanos (Rom. 8:29).
 
 
¿Eres de la familia espiritual de Jesús?