“En el principio era
el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios” (Jn. 1:1).
“Y aquel Verbo fue
hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del
unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad” (Jn. 1:14).
Por Josué I. Hernández