El fin no justifica los medios


“Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros. Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación. Por cuanto tú desechaste la palabra de Jehová, él también te ha desechado para que no seas rey” (1 Sam. 15:22,23).


Por Josué I. Hernández

 
Jehová Dios había ordenado al rey Saúl que ejecutara su juicio contra los amalecitas, destruyéndolos por completo. Sin embargo, Saúl y el pueblo “perdonaron a Agag, y a lo mejor de las ovejas y del ganado mayor, de los animales engordados, de los carneros y de todo lo bueno, y no lo quisieron destruir” (1 Sam. 15:9).
 
Cuando el profeta de Dios señaló esta clara violación del mandamiento de Dios, Saúl estaba seguro de que él sí había cumplido el mandamiento del Señor, expresando como excusa que los animales engordados servirían como sacrificio al Señor (1 Sam. 15:13-15). Pero, Saúl estaba equivocado, y había desobedecido anteponiendo su razonamiento por sobre la palabra de Dios.
 
Saúl había llevado al pueblo a una obstinada rebelión, y por haber rechazado la palabra del Señor, Dios lo rechazó como rey de Israel. He aquí una lección obvia para nosotros, el fin no justifica los medios.
 
Debemos obedecer la palabra del Señor. No tenemos derecho a cambiar los mandamientos de Dios, excusando la desobediencia como un medio para una buena obra. Andar por fe es vivir confiando en la revelación de Dios, obedeciendo su palabra con lealtad devota. Nunca olvidemos, obedecer a Dios es mejor que todo sacrificio.


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