Lo que es la iglesia

 


Por Josué I. Hernández

 
Muchas veces me han preguntado, “¿cuál es tu iglesia?”, o algo por el estilo. Pero, ¿qué es exactamente la iglesia? No es de extrañar que haya confusión, mucha confusión. Considere algunas formas en que el término se usa:
  • De la religión en general, por ejemplo, “la separación de La Iglesia y el Estado”.
  • De alguna institución religiosa con un cuerpo jerárquico, por ejemplo, “la iglesia enseña…”
  • De una denominación particular, por ejemplo, “La Iglesia Bautista”, “La Iglesia Luterana”, “La Iglesia Católica”, “La Iglesia Adventista”, etc.
  • De una congregación local, por ejemplo, “la iglesia de…”.
  • De una reunión, por ejemplo, “voy a la iglesia”.
  • De un edificio, por ejemplo, “la iglesia necesita reparaciones…”.
 
El concepto bíblico
 
La palabra castellana “iglesia” viene del latín “ecclesia”, y a su vez, esta última viene del griego “ekklesia”. Por definición “iglesia” es una “asamblea” o “concurrencia”, los reunidos que atendieron a una convocación, y por eso, técnicamente, iglesia son “los llamados”. Esta palabra se usaba comúnmente para las asambleas políticas (cf. Hech. 19:39) e incluso para indicar una multitud reunida aun cuando no hubiese orden y cohesión entre ellos (Hech. 19:32).
 
Ekklesia, es decir, “los llamados”, implica varias cosas. En primer lugar, implica que alguien llama o convoca. Por lo tanto, los cristianos son llamados de algo y hacia algo (cf. Heb. 3:1; 1 Ped. 2:9; Col. 1:13). Los cristianos son un grupo convocado “de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios” (Hech. 26:18). La oscuridad es la oposición de la luz, y la luz es la bondad, la justicia y la verdad (Ef. 5:9). He aquí un cambio de ciudadanía.
 
La primera aparición de “ekklesia” en el Nuevo Testamento se encuentra en Mateo 16:18. En respuesta a la confesión de Pedro (Mat. 16:16), Jesucristo dijo, “sobre esta roca edificaré mi iglesia” (Mat. 16:18), es decir, sobre la verdad confesada por Pedro, la real identidad de Jesús de Nazaret, la iglesia sería edificada. Por lo tanto, basado en quién es Jesús, el Hijo de Dios, el llamado del evangelio convoca a los hombres a dejar el mundo para convertirse en discípulos de Cristo (cf. 1 Tes. 2:12; 2 Tes. 2:14). Esto es “iglesia”, los discípulos de Cristo, quienes realmente se han convertido al Señor (cf. Hech. 11:21,26).
 
En consideración de lo anterior, aprendemos que el discipulado, la salvación y la membresía en la iglesia de Cristo van de la mano. No podemos tener una cosa sin las demás.
 
Además de lo anterior, la Biblia habla de la iglesia en dos sentidos. Primeramente, la iglesia son todos los discípulos (aprendices) de Jesús, sea donde fuere que vivan, es decir, todos los salvos. Esta es la iglesia en el sentido universal, y sólo hay una iglesia del Señor (Hech. 2:47; Ef. 4:4). Luego, la Biblia menciona varias iglesias locales. Una iglesia local es el grupo de discípulos trabajando juntos como una unidad en un tiempo y lugar determinados (Rom. 16:16).
 
Por último, no existían denominaciones en el primer siglo, y ninguna debería existir hoy. Jesús estableció una sola iglesia, y todos sus discípulos creían y practicaban lo mismo.
 
Estudie su Biblia, conviértase en un verdadero discípulo de Jesús, y sea agregado a la iglesia por el Señor mismo. Luego, busque un grupo de personas con las cuales pueda adorar y trabajar por el Señor, es decir, una iglesia local de Cristo.