¿Dónde reina Jesús?



Por Josué I. Hernández

 
Jesús es “REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES” (Apoc. 19:16), pero ¿dónde reina él? La respuesta a esta interrogante es ampliamente enfatizada en la Biblia. Veamos.
 
Jesús reina a la diestra de Dios
 
El salmo 110 es la profecía respecto al reinado de Jesucristo más citada en el Nuevo Testamento. Según la profecía, Jesús reinaría a la diestra de Dios: “Jehová dijo a mi Señor: Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies” (Sal. 110:1).
 
Al predicar el sermón inaugural del reino, en el día de Pentecostés, Pedro, un hombre inspirado, afirmó que Jesucristo se había sentado a la diestra de Dios para reinar, “Así que, exaltado por la diestra de Dios, y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que vosotros veis y oís” (Hech. 2:33). Luego de su afirmación, Pedro citó la profecía del salmo 110, la cual confirmaba lo que Pedro anunció que había sucedido (Hech. 2:34,35).
 
El autor a los hebreos afirmó que Jesús está sentado a la diestra del trono de Dios (Heb. 1:3; 8:1; 10:12; cf. Mar. 16:19), lo mismo aprendemos al estudiar el Apocalipsis (Apoc. 3:21; 5:6; 7:9,17).
 
Jesús está sentado en el trono de David
 
Otra profecía sobre el reinado de Jesús es la promesa hecha por Dios a David: “Y cuando tus días sean cumplidos, y duermas con tus padres, yo levantaré después de ti a uno de tu linaje, el cual procederá de tus entrañas, y afirmaré su reino. El edificará casa a mi nombre, y yo afirmaré para siempre el trono de su reino” (2 Sam. 7:12,13), “Y será afirmada tu casa y tu reino para siempre delante de tu rostro, y tu trono será estable eternamente” (2 Sam. 7:16).
 
Esta promesa se cumplió parcialmente en Salomón (1 Cron. 22:9-11). La Biblia nos enseña que Salomón se sentó en su trono (1 Rey. 1:47), en el trono de David su padre (1 Rey. 2:12) y en el trono de Dios (1 Cron. 29:23). Entendemos que el sustantivo “trono” sugiere una posición de gobierno, es decir, Dios siempre estuvo gobernando a Israel. Por un tiempo Dios permitió que algunos ocuparan esa posición en su nombre, y ese “trono” era “el trono del reino de Jehová sobre Israel” (1 Cron. 28:5).
 
Por supuesto, Jesucristo es quien eleva la profecía para cumplirla en su totalidad. En él se cumple la promesa de Dios a David. Jesús de Nazaret es hijo de David (Mat. 1:1), es decir, descendiente de David en cuanto a su naturaleza humana (Rom. 1:3). Por lo tanto, a Jesús le sería dado el trono de David su padre (Luc. 1:32).
 
Jesucristo ocupa el trono de Dios en el cielo, él está sentado en el trono de David, tal como lo explicó el apóstol Pedro en el día de Pentecostés (Hech. 2:30-33). Este trono es el trono de Cristo y el trono del Padre celestial (Apoc. 3:21). Luego de su venida, Jesucristo no establecerá algún reino, sino que entregará el reino al Padre (1 Cor. 15:24).
 
Jesús reina en los corazones de sus súbditos
 
Tal como la profecía indicaba, el pueblo del rey mesiánico está compuesto de aquellos que se han subordinado a él voluntariamente (Sal. 110:3), mientras sus enemigos ejercen resistencia (Sal. 110:1,2). Este reino, reinado, o dominio, es también llamado, la iglesia (Mat. 16:18,19).
 
Sí, hay un lugar donde Jesús quiere reinar, y ese lugar es tu corazón. Pedro dijo, “sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones” (1 Ped. 3:15).
 

¿Está Cristo reinando en tu corazón?