Por Josué I. Hernández
“Una iglesia de Cristo puede dejar de serlo, a pesar del nombre puesto sobre la puerta de entrada de su edificio. Cristo advierte a toda iglesia suya de que puede perder su identidad como iglesia de Cristo. Una vez quitado el candelero, ya no es más iglesia de Cristo” (B. H. Reeves).
- Afirma que seguir a
Cristo es fácil.
- Bautiza a quienes no
creen o no se arrepienten.
- Tolera el desorden.
- Apela a la carne, a
las emociones, y a las sensaciones.
- Se opone a la
disciplina de los rebeldes.
- Rechaza la
predicación que condena el pecado.
- Compromete la verdad
por conveniencias.
- Menosprecia la justicia,
la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre, la humildad.
- Enfatiza solamente los
cinco actos del culto dominical.
- Se ocupa de
actividades sociales.
- Depende de
instituciones para que hagan su obra.
- Envía de su dinero para proyectos a nivel de hermandad.