Por Josué I. Hernández
“El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad” (Ef. 4:28). El ladrón solo piensa en sí mismo, es un egoísta. A propósito, el egoísmo está presente en todo problema familiar, es la raíz de toda disputa y conflicto, de todo fraude y engaño. Marido y mujer tienen diferentes expectativas respecto al uso del tiempo y el dinero, y los hijos están íntimamente involucrados en esto. Siempre que una idea interfiera en el punto de vista del otro, habrá algún conflicto. Cuando marido y mujer aprenden a sacrificarse el uno por el otro, todo conflicto será una oportunidad para crecer juntos, y los hijos seguirán ese ejemplo.
Sin duda alguna, usted puede continuar con Efesios capítulo 5, y con otros muchos capítulos de la Biblia. A medida que usted aprenda este sencillo proceso, de aplicar los principios bíblicos al matrimonio y a la familia primero, descubrirá que la Biblia es un torrente de sabios y pertinentes consejos. Esto no es extraño, el autor de la Biblia es el mismo autor del matrimonio.