Por Josué I. Hernández
El autor a los hebreos escribió, “Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios” (Heb. 13:4). El matrimonio es una institución honrosa, es decir, venerable. La misma palabra griega que se traduce “honroso” (“timios”), es usada para describir “la sangre preciosa de Cristo” (1 Ped. 1:19). Por lo tanto, el matrimonio es algo que debe atesorarse como algo muy preciado.
Conclusión