Un padre de familia salió
temprano de casa, se despidió de su esposa e hijos, pero no volvió a la hora
esperada, y su ausencia se prolongó por varios días, y luego, semanas. No había
razón justificable para su ausencia. Su esposa e hijos salieron a buscarle. No
sabían nada de él. La ausencia era inexplicable. Un día volvió a casa, saludó
como si nada, y se sentó a la mesa como si todo estuviera bien. ¿Le parece
correcto? Un trabajador concluyó su turno,
y salió de la fábrica, y no volvió al día siguiente. Su ausencia se prolongó
por semanas. Otros empleados tuvieron que turnarse para reemplazarlo, a la vez
que se esforzaban para realizar su propio trabajo. No había información de su
paradero. Todos sabían que estaba ausente. De pronto, apareció como si nada.
Era el día de pago. Sin dar alguna explicación, exigió su salario atrasado y
procedió a ocupar su puesto anterior como si todo estuviera bien. ¿Le parece
correcto? Un estudiante dejó de asistir a
sus clases durante varios días. Los funcionarios de la escuela intentaron
localizarlo para descubrir la causa de su ausencia, pero todo fue en vano. Los
demás estudiantes progresaron en sus estudios, dejando al estudiante ausente muy
atrás. Un día, el ausente llegó como si nada. No ofreció explicaciones, ni
excusas. Había evidencia de que su ausencia fue deliberada, y que había salido
para distraerse menospreciando sus estudios. Para nuestra sorpresa, el
estudiante exigió que toda la clase retrocediera y estudiara con él, para así
cubrir el contenido escolar que se perdió. ¿Le parece correcto? Un cristiano dejó de asistir a los
servicios de la iglesia. Los demás miembros se esforzaron por averiguar la
razón de su ausencia, pero sin éxito. Otros hermanos tuvieron que cubrir al
hermano ausente tomando el relevo. La iglesia siguió adelante con su programa
de trabajo y enseñanza. De pronto, un día se presentó como si nada. Saludo con
naturalidad, sin explicar alguna cosa. No demostraba vergüenza ni confesó su
error. Para nuestro asombro, exigió ser tomado como miembro fiel, y participar
en el púlpito. ¿Le parece correcto? ¡Piénselo!