¿Le parece correcto?

 


Por Josué I. Hernández

 
Un padre de familia salió temprano de casa, se despidió de su esposa e hijos, pero no volvió a la hora esperada, y su ausencia se prolongó por varios días, y luego, semanas. No había razón justificable para su ausencia. Su esposa e hijos salieron a buscarle. No sabían nada de él. La ausencia era inexplicable. Un día volvió a casa, saludó como si nada, y se sentó a la mesa como si todo estuviera bien. ¿Le parece correcto?
 
Un trabajador concluyó su turno, y salió de la fábrica, y no volvió al día siguiente. Su ausencia se prolongó por semanas. Otros empleados tuvieron que turnarse para reemplazarlo, a la vez que se esforzaban para realizar su propio trabajo. No había información de su paradero. Todos sabían que estaba ausente. De pronto, apareció como si nada. Era el día de pago. Sin dar alguna explicación, exigió su salario atrasado y procedió a ocupar su puesto anterior como si todo estuviera bien. ¿Le parece correcto?
 
Un estudiante dejó de asistir a sus clases durante varios días. Los funcionarios de la escuela intentaron localizarlo para descubrir la causa de su ausencia, pero todo fue en vano. Los demás estudiantes progresaron en sus estudios, dejando al estudiante ausente muy atrás. Un día, el ausente llegó como si nada. No ofreció explicaciones, ni excusas. Había evidencia de que su ausencia fue deliberada, y que había salido para distraerse menospreciando sus estudios. Para nuestra sorpresa, el estudiante exigió que toda la clase retrocediera y estudiara con él, para así cubrir el contenido escolar que se perdió. ¿Le parece correcto?
 
Un cristiano dejó de asistir a los servicios de la iglesia. Los demás miembros se esforzaron por averiguar la razón de su ausencia, pero sin éxito. Otros hermanos tuvieron que cubrir al hermano ausente tomando el relevo. La iglesia siguió adelante con su programa de trabajo y enseñanza. De pronto, un día se presentó como si nada. Saludo con naturalidad, sin explicar alguna cosa. No demostraba vergüenza ni confesó su error. Para nuestro asombro, exigió ser tomado como miembro fiel, y participar en el púlpito. ¿Le parece correcto? ¡Piénselo!